El gobierno se quedó sin humo para vender

La austeridad, la seriedad, los autoelogios para la genial administración y todo el verso del gobierno de Raúl Jalil, se fue directamente al tacho de basura con el anuncio de que el mandatario vuelve vencido a la casita de Milei y muestra su propia motosierra.

Atrás quedaron las cortinas de humo como los supuestos records en generación de empleo privado, los supuestos plazos fijos que tenía la Provincia como reserva, y los anuncios que se hacían día por medio de inversiones multimillonarias en dólares por la minería. Verso y más verso. Ahora bajan la cabeza, sueltan una lágrima y dicen puchereando que no hay plata.

No hay nada. Entonces el Gobierno se contradice a sí mismo y se ve obligado a achicar esa payasada de casi 20 ministerios que inventó Jalil, cuando tenía un discurso contrario al actual, y juraba que en realidad eran muchos ministerios pero menos gasto, porque se sacaban muchos organismos menores. Ahora dice que va a reducir el gasto y reduce otra vez los ministerios, ¿en qué quedamos? ¿Mintió antes o miente ahora?

Además el Estado no se ahorra ni un sueldo, porque parece que los que una vez son cobijados como funcionarios tienen que cobrar por toda la eternidad, sin importar si hicieron una gestión buena, mala o desastrosa. Entonces los rajan en un lugar y los mandan a otro, no vaya a ser que pierdan algún privilegio o tengan que agarrar una pala.

Jalil disfrutaba con la plata que recibía del kirchnerismo en su primer mandato y se jactaba de administrar bien, pero una vez que le cortaron el dulce ya no sabe qué hacer. Creía que la buena relación con Milei tenía protección garantizada, y le vota todo lo que Milei ordena en el Congreso , pero no recibe nada. Y ahora todo es llanto.

Entonces baja la persiana y decide no pagar más. Y deja colgados a todos los proveedores del Estado, con la excusa de la crisis, pero esa crisis no impide que casi todo su gabinete y él mismo vayan de vacaciones por el mundo dándose la gran vida con plata de los catamarqueños.

Hacen un circo con una reducción salarial del 6 por ciento, pero siguen con sobresueldos encubiertos para que todos sigan engordando sus cuentas bancarias y patrimonios, camionetas, departamentos, viajes y la mar en coche.

Tendría que ser sincero y admitir que administró pésimo. Que los millones que dice que le faltan ahora son los que dilapidó en amigos, pautas a porteños, gastos superfluos y despilfarros.

Lleva más de cinco años gobernando y no solucionó un solo problema de los catamarqueños. Y encima ahora que hace el show de achicar gastos, premia a los ministros que fracasaron con cargos y sueldos de lujo. Parece que eliminan el One Shot, péro los “días de ensueño” para los funcionarios y amigos nunca terminan.

El catucho