Ya lo dijimos muchas veces en este Catucho y lo mantenemos desde hace años: el día de las elecciones es el que menos importa para los políticos. La elección puede importarle a un puntero barrial que se juega la vida para ver si entra como concejal, pero no mucho más.
Los verdaderos poderosos, los pesos pesados, ese día no se juegan nada: ya saben lo que va a pasar. Los que ganan ya se sabían ganadores, los que pierden ya se sabían perdedores. Trate de recordar un político de peso con cara de sorprendido al conocer un resultado: no hay, porque no hay sorpresas para ellos.
El día de las elecciones se sirve la comida en la mesa. Pero ellos están en la cocina, y también en el supermercado cuando se compran los ingredientes para cocinar. Lo demás es circo para la tribuna.
Lo que podemos afirmar es que los días clave para la mayoría de los políticos son estos. Las semanas previas al cierre de las listas de candidatos. Ahí es donde se define la suerte de la mayoría. Ahí es donde se sabe quién se acomodó y a quién le bajaron el pulgar.
Las listas se conocen sobre la hora misma de que termine el plazo legal. ¿Por qué? ¿Alguien de verdad cree que están dudando hasta el último segundo? No. Está todo decidido. El tema es que no pueden decirlo, porque si hay algo peligroso en este mundo son los despechados, y si hay algo más peligroso son los políticos despechados.
“Me dejás afuera y te hago pedazos”. Así piensa la mayoría. Porque si hay tres políticos del mismo partido juntos, hay al menos dos internas. Se hacen zancadillas, se detestan, compiten todo el tiempo. Nunca están conformes. Quieren acomodarse, y si se acomodan quieren acomodar a otro y a otro más, y si acomodaron a 50 amigos quieren acomodar 100. Porque creen que así se construye el poder. SI meten 1.000, son 1.000 que les van a responder.
Ahora en el oficialismo ya está todo amasado, preparado, cocinado y con la frutilla arriba. Todo decidido. Pero parece que alguien habló de más y sacó pecho. Y parece que lo escucharon y se enojaron.
El problema es que falta mucho tiempo todavía. Y los despechados tienen tiempo para ayudar al otro partido. Y lo van a hacer.
¿Cómo? La apuesta es fuerte: van a dar a conocer lo que el gobierno nunca dio a conocer. La lista de los vacunados VIP de Catamarca. Los amigos que fueron inmunizados antes que los médicos, que los enfermeros, que los policías. Antes que todos. La ley del sálvese quién pueda pero primero nosotros.
La lista ya circula. La traición se consumó. Y se viene un escándalo gigante. Preparen las desmentidas y los pañuelos. Dicen que va a a haber lágrimas.
Nombres, mañana en la Parte II de “Traición y escándalo”.
La visión del catucho