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“Nosotras también estuvimos”: el documental de las heroínas de Malvinas

“El mismo olor, el mismo mar de aquella vez, el aire, el viento que nos cortaba la piel. Sentir que estábamos reviviendo hechos que habían quedado muy guardados”. Así describió Stella Maris Morales la experiencia de volver al lugar donde habían vivido meses atendiendo a los heridos de la Guerra de Malvinas.

En 2019 fueron a rodar la película documental que hoy lleva el nombre Nosotras también estuvimos, dirigida por el cineasta Federico Strifezzo. “Tuvimos la oportunidad, con el apoyo del INCAA, de ir al lugar donde nosotras habíamos estado. Fue un momento emocionante”, contó Morales. “Había gente que se acordaba de nosotras, de las chicas… porque eramos unas nenas”, recordó Alicia Reynoso.

Stella Maris Morales es oriunda de Córdoba, enfermera profesional, veterana de guerra de Malvinas y licenciada en Gestión e Historia de las Artes. En 1981 ingresó a la Fuerza Aérea y en 1982 fue convocada para participar en el Conflicto del Atlántico Sur. Su colega, Alicia Reynoso, nació en Entre Ríos, ingresó a la Fuerza en 1980 y posee el rango militar de Alférez. Ambas formaron parte del equipo de catorce enfermeras de la Fuerza Aérea que integró el Hospital Reubicable instalado en Comodoro Rivadavia, donde realizaron tareas de atención y evacuación.

Ellas, además, son las protagonistas del documental junto a Ana Massito, enfermera y Suboficial Mayor retirada en 2016. Esta noche, jueves 1° de abril, Nosotras también estuvimos se estrenará en Argentina a las 20 en Cine.Ar TV, mañana a las 22 en canal Encuentro y a las 22.30 en la TV Pública. Además, a partir del 1° de Abril estará disponible de forma gratuita en Cine.Ar Play.

Participar de una Guerra

“En el 82 nos sorprende la guerra como a todos y nos ordenaron marchar con el hospital reubicable”, contó Reynoso. Tanto Alicia como Stella recuerdan el momento del viaje en avión: eran muchos soldados, sentados en el suelo, que se sorprendieron al ver que junto a ellos viajaban mujeres, vestidas también de verde. Los insultos abundaron y el piloto les sugirió un lugar apartado para que puedan viajar tranquilas.

“Cuando nosotras ingresamos, la Fuerza Aérea no estaba preparada para recibir a mujeres. Por ejemplo, la ropa de fajina, que es la ropa verde, eran uniformes relativamente grandes, sólo para hombres. Yo tengo la cabeza chica y los cascos no estaban hechos para mí. Entonces siempre me quedaba grande y me tapaba hasta los ojos”, recordó Morales con una sonrisa tierna en su rostro.

Si bien cada una recibió una formación profesional, no estaban preparadas emocionalmente para lo que vivieron.  “Nosotras nunca tuvimos una contención, a pesar del estrés y de todo lo que vivimos al ser también jóvenes”, explicó Morales. “Nos encontramos con algo que nunca nos hubiéramos imaginado porque nosotras, aparte de curar las heridas del cuerpo, tuvimos que curar las heridas del alma, que muchas veces dolían más. Eran muy jóvenes los soldados que venían”, agregó Alicia y mientras contaba esto, recordó una anécdota, que también narra en su libro Crónicas de un olvido: mujeres enfermeras en la Guerra de Malvinas (2017):

“Ellos llegaban a la madrugada, con un montón de frío, mal alimentados. Entonces yo le digo al hombre que estaba a cargo nuestro: “Señor, ¿por qué, en vez de darles una leche, un matecocido, no les damos algo más copioso, una sopa bien suculenta? Y habían unos rollos de cintas de Argentina así que le dije al Cabo Principal de hacer un moñito en cada cuchara. Ese detalle tan tonto le cambió la cara a los soldados cuando recibieron la sopa. Era una forma de decir gracias; venían de defender la patria. Tenían 18 años y era el servicio militar obligatorio”.

Algo en común con los soldados era la camaradería. Sobre esto, Stella narró: “Extrañaba mucho, extrañaba a mi mamá, quería verla, así como querían todos los que fueron. Pero al mismo tiempo me quería quedar y no quería dejar a mis compañeras. Lo mismo le sucedía a los soldados”.

El olvido

“Lo que no imaginábamos era lo que iba a venir después: el olvido”, dijo Alicia. “Creo que fuimos desvalorizadas, silenciadas y sepultada nuestra labor porque por tantos años nunca se habló de nosotras”, afirmó Stella y agregó:

Los momentos para reconocer su rol fundamental en la guerra no faltaron. Ambas contaron que el Congreso de la Nación entregó medallas a la Fuerza Aérea y un certificado por su participación en la Guerra de Malvinas, donde están sus nombres, pero ellas no se enteraron hasta tiempo después. Cuando, finalmente, Stella fue junto a Ana a buscar su medalla, éstas “estaban en un frasco de mayonesa” y, además, encontraron la de Massito pero no la suya.

“Si me la hubieran entregado en tiempo y forma, para mí hubiera sido más importante aún porque se la podría haber mostrado a mi mamá que ahora ya no está. No se la pude entregar porque la Fuerza Aérea se olvidó de ubicarme”, dijo Stella.

El destrato no terminó ahí. “Cuando llamé y le dije al jefe del departamento de Malvinas ‘yo quiero mi medalla’, me respondió: ‘Mirá, yo no la tengo, debe estar en algún lugar. Y si no, comprala en Mercadolibre’. Y eso también es una falta de respeto y yo lo llamo violencia”, descargó Morales.

En el desfile del 2016 por el Bicentenario fue la primera vez que fueron invitadas y obtuvieron un reconocimiento. A partir de allí su historia poco a poco comenzó a visibilizarse. “Recuerdo que éramos cuatro mujeres con un estandarte que habíamos comprado, y cuando pasamos por el palco, el maestro de ceremonia dijo: ‘Levanten bien alto ese estandarte: aquí vienen las mujeres enfermeras de la Fuerza Aérea que participaron de la guerra’. Esa fue la primera vez que sentimos tanto orgullo y no podíamos dejar de llorar”, contó Morales.

Lamentablemente en el 2019 ese gesto no se replicó. “Fuimos prácticamente violentadas por un señor militar que dijo ‘ustedes no pueden desfilar porque no son veteranas'”, dijo Stella. El decreto 509/88, emitido en 1984, define como veterano de guerra a aquellos que participaron en las Islas, no así quienes estuvieron en la Argentina continental. En el artículo 1° detalla:

“A los efectos de la aplicación de la Ley 23.109 se considerará Veterano de Guerra a los ex-soldados conscriptos que desde el 2 de abril al 14 de junio de 1982 participaron en las acciones bélicas desarrolladas en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, cuya jurisdicción fuera determinada el 7 de abril de dicho año y que abarcaba la plataforma continental, las Islas Malvinas, Georgias Y Sandwich del Sur y el espacio aéreo correspondiente”.

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