De pronto Sergio Massa le guiñó el ojo a la minería, habló maravillas del litio y de lo que genera el sector para el país.
Muy raro, o ya estamos todos en la canción de María Elena Walsh con el mundo del revés. Falta que el Muñeco Gallardo se vista de azul y oro y Riquelme con la banda roja. No se entiende nada.
Porque si no recordamos mal, era un antiminero de toda la vida.
Es más, una vez se le armó tremendo lío porque escribió en sus redes sociales lo siguiente: “Argentina necesita con urgencia terminar con quienes saquean al país vendiendo productos primarios, en lugar de generar empleo produciendo y exportando trabajo argentino”.
“Saquean al país” dijo, clarito, clarito. Y hubo problemas porque la gente del campo se sintió aludida, entonces el propio Massa salió a aclarar que se refería a la minería, algo que nunca le gustó.
“Hace muchos años que tengo una visión muy crítica de la minería a cielo abierto en la Argentina. Creo que esa es minera que nos quita riqueza sin generar valor, sin generar trabajo”, explicó. Entonces se le enojaron los mineros y a él no le importó, ni se desdijo ni nada.
Una más: fue el primero en saltar cuando Macri le bajó las retenciones a la minería. Osea… es antiminero.
Ahora que sumió como superministro, dio una versión más tranqui: quiere aprovechar la minería, el litio, etc., etc., y de paso posicionar bien a Salta, donde está su gran amigo Gustavo Sáenz.
Eso sí, le dedicó buena parte del discurso al tema de la subfacturación, lo que son malas noticias para Catamarca y, como dijimos, invita a poner varias fichas a la salida de Fernanda Avila..
Ahora Massa es minero. Es de sabios cambiar de opinión… ¿o billetera mata galán antiminero?