El peronismo bonaerense se encuentra sumido en una profunda crisis interna mientras trata de cerrar un acuerdo sobre la organización de las elecciones de este año. Las discusiones sobre la suspensión de las PASO, inicialmente consideradas el principal obstáculo para avanzar en la definición de las listas de candidatos, siguen dejando un saldo de desconfianza y tensión entre los sectores más influyentes del PJ.
A pesar de que la suspensión de las primarias obtuvo media sanción en la Cámara de Senadores, la muerte del Papa Francisco alteró los planes de los legisladores, demorando la sanción definitiva que se esperaba en la Cámara baja.
En este contexto, Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, ha solicitado un estiramiento de los plazos para organizar las elecciones, algo que fue rechazado por el kirchnerismo en un primer momento.
La Junta Electoral provincial, ante la presión por los plazos ajustados, ha pedido la modificación de los mismos, ya que los plazos actuales harían inviable la organización de las elecciones. Sin embargo, esta solicitud ha sumado nuevas críticas desde el entorno de la ex presidenta Cristina Kirchner, quien cuestiona la decisión de Kicillof de desdoblar las elecciones en un momento tan complicado, poniendo a la provincia en una situación de incertidumbre electoral.
Mientras tanto, las discusiones sobre el formato de la elección de medio término continúan dividiendo al kirchnerismo. La dirigencia parece estar atrapada en un debate sin fin sobre las formas y fechas, sin lograr avanzar en acuerdos concretos.
A este desgaste se le suman las chicanas entre dirigentes, como el enfrentamiento público entre La Cámpora y el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, quien fue acusado de impedir la colocación de carteles de Cristina Kirchner en su municipio. Este tipo de enfrentamientos internos aumenta la sensación de desconcierto en el peronismo, y muchos observadores señalan que la falta de consenso refleja una desconexión creciente con las preocupaciones de la sociedad.
El panorama de incertidumbre dentro del PJ se ve también reflejado en las encuestas, que muestran que la oposición podría canalizar el descontento popular con el gobierno de Javier Milei. Sin embargo, dentro del propio peronismo, algunos dirigentes plantean la necesidad de superar el liderazgo de Cristina Kirchner para avanzar en una reconstrucción interna. Mientras tanto, figuras como Sergio Massa, importante actor del espacio, se muestran cada vez más distantes del proceso, esperando una resolución definitiva sin involucrarse en las tensiones internas.
El peronismo bonaerense se encuentra en una encrucijada, con los nombres, los candidatos y los porcentajes como tema central del debate. La pregunta que persiste es quién cederá y cómo se resolverá finalmente la disputa interna que podría definir el futuro del PJ en la provincia más importante del país.