Diputados del Frente de Todos volvieron a brillar en el Congreso, esta vez con la presentación de un proyecto para establecer un “salario básico universal” algo así como regalar plata ajena, con destino a 9 millones de personas, para seguir fomentando el no hacer nada y cobrar lo mismo, destruyendo la cultura del trabajo, y destruyendo al que labura para que mantenga a los que no lo hacen.
La propuesta impulsa la implementación de un Salario Básico Universal (SBU) “como una prestación monetaria mensual no contributiva y de alcance nacional destinada a trabajadores y trabajadoras de bajos ingresos”.
La genial idea tiene por imaginario objetivo “eliminar la indigencia”, que claramente no se elimina, sino que se fomenta con un reparto oficial de fondos a cambio de nada, porque el fin es “valorizar las tareas que el mercado laboral no valora”.
Pero el colmo de los colmos es que estos genios a sueldo nunca dicen de dónde va a salir el dinero para el reparto. Sólo advierten, como si nada se hubiera dado cuenta, que la iniciativa demandará “un monto significativo” en materia fiscal.
“Este proyecto no es inviable, se puede discutir cómo financiarlo”, dijeron en la presentación, algo así como un homenaje a la demagogia y la estupidez.
En esta Argentina de planes que se hunde mientras se reparten AUH, IFE y cuantas siglas quieran agregar, en esta Argentina endeudada, con recesión e inflación, la gran respuesta es que se reparta un “salario” a nueve millones de personas, con fondos que no se sabe cuáles serían.
Muy poco serio. Tendría que haber alguna exigencia de coherencia para presentar proyectos, porque estos payasos demagógicos cobran fortunas por calentar con sus traseros las bancas del Congreso, y no pueden salir con una idea de jardín de infantes y además admitir que no resolvieron cómo se financiará.
¿Qué propuesta es ésa? Bueno, para terminar con la pobreza en Catamarca, presentamos un proyecto: que se le entregue un millón de dólares a cada catamarqueño. ¿Y de dónde sacamos la plata? Eso lo discutimos, escuchamos propuestas. En proyecto no es inviable.
Este es el Congreso que lleva gastados más de 15.000 millones en lo que va del año. Un presupuesto digno de la NASA, pero que sólo sirve para que se lancen “proyectos” delirantes.