La Justicia brasileña volvió a intensificar este sábado la vigilancia sobre Jair Bolsonaro, a pocos días de que comience la etapa decisiva de su juicio por intento de golpe de Estado. La decisión fue tomada por el juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, quien advirtió sobre un “riesgo potencial de fuga” del exmandatario.
En una resolución a la que accedió la agencia AFP, el magistrado ordenó la inspección de “habitáculos y baúles de todos los vehículos que salgan de la residencia” de Bolsonaro, ubicada en un exclusivo barrio cerrado de Brasilia. Además, determinó reforzar la custodia del área exterior de la vivienda, incluidas las zonas colindantes a casas vecinas, aunque limitando la medida a los sectores descubiertos y cercados.
La disposición responde a un informe de la administración penitenciaria de Brasilia que alertó sobre la existencia de “puntos ciegos” que podrían facilitar la evasión del exmandatario. De hecho, la Policía Federal, tras un análisis con drones, concluyó que Bolsonaro podría saltar una medianera hacia la casa de un vecino, abordar un vehículo y dirigirse en minutos hacia la embajada de Estados Unidos para solicitar asilo.
La hipótesis no es aislada: investigadores aseguraron haber encontrado en el celular del exmandatario un borrador de “solicitud de asilo político” en Argentina, dirigido al presidente Javier Milei. Para la defensa de Bolsonaro, se trata de un documento sin validez que “no constituye prueba de fuga”.
El pasado lunes, De Moraes ya había reforzado la vigilancia con una guardia policial permanente frente a la vivienda del expresidente, quien se encuentra bajo arresto domiciliario desde el 4 de agosto y con tobillera electrónica. A la par, Bolsonaro y su círculo más cercano enfrentan también una investigación por obstrucción a la justicia.
El juicio contra el líder ultraderechista entra en su fase decisiva este martes, cuando los jueces del STF comenzarán las deliberaciones.
