Inflación desbordada: Salarios en Argentina caen por debajo de la línea de pobreza en enero

La economía argentina enfrenta una alarmante realidad según los últimos datos oficiales, donde el ingreso promedio de los trabajadores formales ha descendido por debajo de la línea de pobreza, exacerbado por el rápido aumento de la inflación en los últimos meses.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que el valor de una Canasta Básica Total (CBT), que abarca el 100% de las necesidades básicas de una familia de cuatro personas, alcanzó en enero los $596.823. Mientras tanto, la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE), reportada por la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, ascendió a $555.269 en el mismo mes.

Esto significa que los trabajadores formales tienen, en promedio, ingresos por debajo del costo de una CBT, situándolos por debajo de la línea de pobreza. Incluso, considerando el salario neto después de deducciones, que en enero fue de $460.873, la situación empeora, quedando por debajo del costo de una CBT para una familia de tres personas ($475.140).

Con casi 3 millones de personas empleadas buscando activamente nuevas oportunidades laborales, ya sea para reemplazar sus trabajos actuales o para sumar ingresos adicionales, la situación se torna aún más alarmante. Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, advierte que esta situación deprime el consumo y agrava la recesión, mientras acelera los tiempos políticos y sociales.

Tiscornia subraya la importancia de mantener la disciplina fiscal para contener la inflación y fomentar una eventual recuperación económica. Por su parte, el economista José Vargas señala que, a pesar de la desaceleración de la inflación, el salario real sigue en descenso, lo que resultará en un aumento significativo de la pobreza.

La consultora Empiria, liderada por Hernán Lacunza, muestra una brecha cada vez mayor entre el poder adquisitivo del salario promedio y el costo de la CBT, con los sueldos por debajo de esta última desde diciembre del año pasado. Esta situación, sin precedentes desde que el INDEC retomó la medición de la CBT en 2016, evidencia un preocupante desajuste económico que requiere medidas urgentes para revertir la situación y garantizar condiciones dignas para los trabajadores.

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