El Gobierno tiene dando vueltas a toda la clase política con una zanahoria colgada de un palo, como las que se usaban antes para hacer andar a las calesitas tiradas por un burro.
La zanahoria es la fecha de las elecciones, y como quien no quiere la cosa, se pateó la decisión para adelante otro mes.
El gobernador Raúl Jalil cada vez agrega más consultores, y si esto sigue así el tema se va a definir en el Consejo General de la ONU.
Arrancó con que lo iba a pensar, después que tenía que hablar con los legisladores, después que quería hablar con la oposición, después que tenía que hablar con Lucía Corpacci y Gustavo Saadi, después que tenía que hablar con los intendentes, y así, parece que la historia se va a estirar más que novela turca.
Ahora Raúl se juntó con los heroicos legisladores oficialistas, que tanto se sacrifican por el pueblo, y aunque a ellos no les importa el tema elecciones sino resolver los problemas del pueblo, hicieron una excepción y le preguntaron cuándo se vota.
Y ahí don Raúl les agregó un eslabón más a la cadena: ahora dice que tiene que hablar con Alberto y Cristina para ver qué hace, con lo cual la fecha mágica y su anuncio ya se comen un mes más, porque estiró el suspenso hasta mediados de noviembre.
Después habrá que hablar con Scaloni, con el Mago sin dientes, con L-Gante y Wanda Nara y ahí ya habrá un panorama más completo para organizar algunas reuniones en las que se definan quiénes van a participar en la reunión donde se haga el análisis de quiénes tienen que consensuar para participar del encuentro en que se resolverá cuándo se decidirá qué asesores tendrán la responsabilidad de elaborar las bases del documento que servirá de convocatoria para que se elija la fecha de las elecciones.
La decisión final se comunicará desde la calesita de la Alameda, después de dar un par de vueltas más. ¿Tanto gre gre para decir marzo?