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El Guillo y la Vero se suben al ring

Se largó la interna oficialista en Fray Mamerto Esquiú, con dos estrellas que quieren la intendencia hasta 2027: en un rincón Guillermo Ferreyra y en el otro Verónica Mercado. El que consiga la bendición de Casa de Gobierno se queda con la corona del campeón.

Guillo, gran inversor en publicistas porteños, viene tejiendo hace rato para cumplir el sueño trunco de Eduardo Brizuela del Moral y conquistar la re-reelección, en lo que sería ya su tercer mandato seguido, porque no le da para ir como gobernador y parece que quiere seguir en un buen cargo.

Con un discurso que lo muestra cada día más parecido a Claudio María Domínguez, ya que le mete “amor” y “hermoso” dos veces por frase, el jefe comunal dice que está enamorado del sillón de intendente y que no sabe qué va a hacer el año que viene, que lo va a pensar, que lo va a hablar, que lo va a consensuar, que lo va a analizar, que lo va a estudiar, que lo va a investigar.

Cualquiera diría que ya lo decidió, porque hace rato que se ocupó de ver cómo atornillarse al puesto y burlar la Carta Orgánica municipal que le prohíbe postularse otra vez para intendente, aunque ya consiguió un guiño judicial para hacer lo que se le de la gana, y si alguien protesta tiene pocas chances de prosperar porque adivinen quién está en la Corte de Justicia.

Verónica Mercado también va por el sillón, y ya armó con tiempo su propio partido municipal para ir por afuera si es que no hay unas PASO para definir al candidato y Guillo se impone por sus contactos. Lo hizo Raúl Barot con éxito, así que no hay drama con ir contra el propio partido en una elección. ¡Qué visionario Ramón con el MAP! Ahora lo hacen todos. Es más, dicen que en Casa de Gobierno calientan orejas y alientas estas rebeliones, por eso de que el que divide reinará.

Ferreyra juega fuerte, se metió a intendente de Fray Mamerto Esquiú viviendo en Capital y con apoyo de Lucía Corpacci (como a tantos otros) le salió bien, así que no hay que subestimarlo. Pero ojo que la Vero tiene padrinos pesados: no llegó al Congreso de la Nación haciendo reuniones de Tupperware: suena un teléfono y attenti con las órdenes que bajen.

Va a estar bien divertido.

El Catucho. 

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