Vicente Bokalic, el cardenal argentino que podría suceder a Francisco: “El próximo Papa debe continuar su legado”

El cardenal argentino Vicente Bokalic, designado por el papa Francisco en diciembre de 2024, es uno de los 133 cardenales que participarán del próximo cónclave a realizarse el miércoles en el Vaticano. A sus 72 años, el arzobispo de Santiago del Estero —hijo de inmigrantes eslovenos y miembro de la Congregación de la Misión— es también uno de los posibles candidatos a suceder a Bergoglio.

En declaraciones a C5N, Bokalic aseguró: “El próximo Papa tiene que tener las características de Francisco: una figura abierta, cercana a la gente, atenta a los marginados y al sufrimiento del mundo”. El cardenal subrayó que la mayoría de los votantes en el cónclave fueron designados por el propio Francisco, lo que sugiere una continuidad posible en la línea pastoral del pontífice argentino.

“Seguimos de duelo, con tristeza, pero también con expectativa. Nos toca una responsabilidad inmensa: descubrir, con escucha y oración, quién puede ser el sucesor de Francisco”, expresó. Además, recordó con afecto su último diálogo con el Papa emérito: “Siempre fue amable. Estoy agradecido de haber acompañado su misión”.

Mientras tanto, los cardenales ya se encuentran en Roma, y muchos de ellos han mostrado una nueva faceta de cercanía con los fieles a través de las redes sociales. El japonés Isao Kikuchi compartió una selfie rumbo a Santa María La Mayor, y el estadounidense Timothy Dolan publica oraciones y reflexiones diarias en X (ex Twitter), donde tiene más de 290.000 seguidores. Luis Antonio Tagle, de Filipinas, también es activo en redes y combina videos informales con meditaciones religiosas.

Incluso figuras más jóvenes, como Américo Manuel, Mykola Bycok y Giorgio Marento, se han sumado a esta tendencia con imágenes virales desde el Vaticano. El argentino Ángel Rossi, arzobispo de Córdoba y cercano a Francisco, mantiene un perfil más reservado, pero ha compartido momentos litúrgicos desde su cuenta de Instagram.

Pese a esta apertura digital, el Vaticano recordó esta semana que la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis impone un estricto silencio durante las deliberaciones. El vocero oficial, Matteo Bruni, advirtió que ningún detalle de las congregaciones previas ni del cónclave podrá ser divulgado, ni siquiera por médicos, guardias o asistentes presentes.

Sin embargo, el cónclave ya comenzó a vivirse a través de pantallas. Antes del cierre hermético, el siglo XXI se filtró por las rendijas del mármol vaticano, con hashtags, selfies y mensajes espontáneos que muestran una Iglesia que busca renovar su rumbo sin perder el espíritu que Francisco sembró.