En un intento por evitar un mayor impacto económico y reducir la tensión con China, el expresidente Donald Trump anunció este sábado que ciertos dispositivos electrónicos quedarán exentos de los aranceles recíprocos recientemente implementados. La medida excluye a smartphones, computadoras portátiles, discos duros, procesadores y chips de memoria, entre otros productos tecnológicos.
Las exenciones aplican tanto al nuevo arancel del 125% impuesto a las importaciones chinas, como al arancel base del 10% que afecta a bienes provenientes del resto del mundo. Con esta decisión, el Gobierno de Trump busca limitar los efectos adversos de la guerra comercial sobre los consumidores estadounidenses y sobre empresas clave como Apple y Samsung Electronics.
Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca, reforzó el mensaje de Trump al subrayar que “se mantiene el optimismo respecto a un posible acuerdo con Beijing”, aunque advirtió que el gobierno seguirá firme ante lo que considera prácticas comerciales desleales por parte de China.
Las tensiones entre las dos potencias se intensificaron luego de que China respondiera el viernes con una suba del 84% al 125% en sus propios aranceles a productos estadounidenses, como respuesta a las medidas adoptadas por Washington, que ya habían elevado los gravámenes sobre bienes chinos al 145%.
En este contexto, la decisión de excluir productos electrónicos clave no solo busca contener la inflación en EE.UU., sino también evitar un golpe a industrias que dependen de componentes asiáticos. Muchos de los productos exentos, como discos duros y microprocesadores, no se fabrican localmente en cantidad suficiente, lo que complica la sustitución de proveedores.
Uno de los grandes beneficiados es Apple. Según fuentes citadas por Reuters, la compañía logró enviar desde India hasta 1,5 millones de iPhones —unas 600 toneladas— hacia EE.UU., buscando eludir los aranceles a las importaciones chinas. La estrategia incluye un refuerzo en la producción fuera de China y el envío directo a suelo estadounidense para mantener el flujo de stock y evitar subas en los precios.
Analistas advierten que, de no haberse aplicado estas exenciones, los consumidores podrían haber enfrentado aumentos significativos en el precio de dispositivos electrónicos, en especial de los iPhones, que dependen en gran medida de las cadenas de producción chinas.
Aunque las exenciones traen cierto alivio, la escalada arancelaria continúa y el mercado observa con cautela los próximos pasos de ambas economías. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas podrían definir el rumbo del comercio internacional para el resto del año.