En un contexto global marcado por la volatilidad de los mercados y del precio del petróleo, YPF eligió uno de los escenarios más emblemáticos del mundo financiero para anunciar su plan más ambicioso en décadas. Durante el Investors Day celebrado este viernes en la Bolsa de Nueva York, el presidente y CEO de la compañía, Horacio Marín, presentó una hoja de ruta a cinco años que promete una inversión superior a los u$s30.000 millones, con el desarrollo masivo de Vaca Muerta como eje central.
El plan de inversión proyecta un fuerte crecimiento del capital destinado al desarrollo energético, arrancando en 2025 con u$s5.000 millones y llegando a un pico de u$s6.800 millones en 2029. Además, Marín confirmó que la compañía prevé volver a pagar dividendos entre 2028 y 2029. “Cada dólar invertido estará enfocado en maximizar el valor de Vaca Muerta y consolidar nuestra presencia en el mercado global”, afirmó ante un auditorio repleto de inversores internacionales.
Para 2030, YPF proyecta duplicar su producción de petróleo a 820 mil barriles diarios y alcanzar los 174 millones de metros cúbicos de gas por día, con exportaciones energéticas por u$s30.000 millones anuales. “Queremos estar entre los diez principales operadores de hidrocarburos no convencionales del planeta”, aseguró Marín, quien también remarcó que Vaca Muerta, por su geología y rendimiento, “supera incluso al yacimiento Permian de Estados Unidos”.
Dentro del CAPEX previsto para 2025, el 56% (unos u$s3.600 millones) se destinará al segmento de exploración y producción, mientras que u$s900 millones irán a refinación y comercialización, y otros u$s1.000 millones al desarrollo del negocio de gas natural licuado (GNL). Este último se articula en torno al proyecto Argentina LNG, ahora en alianza con Shell, con una capacidad inicial de 10 millones de toneladas anuales y una estructura financiera proyectada con un 70% vía project finance.
El plan de crecimiento se apoya en tres pilares estratégicos: shale, GNL y transformación productiva y financiera. Para 2030, el 90% de la producción de YPF será shale, consolidando su perfil de “pure shale player”. Para eso, se implementará el “plan 4×4” (multiplicar por cuatro la producción en cuatro años), acompañado por el modelo Toyota Well, una metodología inspirada en la eficiencia japonesa que ya permitió reducir el tiempo de perforación de pozos de 40 días a apenas 10,2.
Además, Marín destacó que la compañía cuenta hoy con independencia operativa y libertad para implementar reformas estructurales, sin injerencia política. “Gracias al respaldo del Gobierno, estamos tomando decisiones con una visión de rentabilidad y sostenibilidad de largo plazo”, dijo.
El futuro energético de Argentina se define en el presente, y YPF no quiere quedarse atrás. Con una producción creciente, proyectos de exportación sólidos y una clara apuesta por la eficiencia operativa, la compañía se posiciona como un actor clave en el nuevo mapa global de energía. “Nuestra misión es que Vaca Muerta alimente al mundo”, concluyó Marín, con tono firme y mirada estratégica.