Un tribunal del Reino Unido condenó a tres ciudadanos búlgaros acusados de espiar para Rusia y de planear el asesinato de los periodistas Christo Grozev y Roman Dobrokhotov mediante métodos extremos. La red de espionaje, considerada una de las más peligrosas descubiertas en el país, discutió el uso de atentados suicidas, envenenamientos con ricina y hasta secuestros con destino a campos de tortura en Siria.
Desde 2020, los periodistas han sido perseguidos en varios países europeos por sus investigaciones sobre operaciones encubiertas del Kremlin, incluyendo el envenenamiento de Alexei Navalny y el intento de asesinato del exespía Sergei Skripal. Según Grozev, un agente encubierto le advirtió que era un “objetivo prioritario” para Moscú.
El caso salió a la luz en febrero de 2024, cuando las autoridades británicas arrestaron a Vanya Gaberova, Katrin Ivanova y Tihomir Ivanchev, quienes operaban desde una casa en Great Yarmouth, Norfolk. También se identificó a otros tres búlgaros involucrados: Orlin Roussev, Biser Dzhambazov e Ivan Stoyanov.
Las investigaciones revelaron que el grupo respondía a Jan Marsalek, un austríaco buscado por fraude y con vínculos con la inteligencia rusa. Marsalek rechazó la idea de fingir un accidente y propuso una ejecución “simbólica”, sugiriendo quemar vivo a Dobrokhotov o rociarlo con ácido.
Además de la amenaza en Reino Unido, Grozev denunció que en 2022 agentes rusos entraron en su apartamento en Viena mientras su hijo estaba en casa. Dobrokhotov también ha sido objeto de vigilancia extrema, con agentes siguiendo sus movimientos y obteniendo información de su teléfono.
Tras la desarticulación de la célula, la inteligencia británica advirtió sobre la presencia de una segunda red de espías rusos en el país, lo que ha aumentado la vigilancia sobre periodistas y disidentes.
El gobierno británico ha reforzado las medidas de seguridad para proteger a quienes están en riesgo y ha instado a la población a denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con la injerencia extranjera.
Grozev, actualmente en Estados Unidos, reconoció que su salida de Europa se debió a la constante amenaza. Dobrokhotov, refugiado en Reino Unido con su familia, también toma precauciones extremas. “Es lo peor, no saber si preocuparte o relajarte. Ahora lo sabemos con certeza: los intentos de matarnos continúan”, afirmó.