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El pan o la torta

La interna radical se filtró en el ámbito universitario y parecería ser un factor condicionante en la postergada renovación de autoridades de la UNCA. Al punto que los resultados de las PASO de septiembre podrían incidir de forma decisiva en la elección, y hasta marcar un quiebre en la historia de la última década de la Casa de Altos Estudios. 

Es que dos figuras fuertes de la escena universitaria y aspirantes a su reelección, como son el rector Flavio Fama y la decana de la Facultad de Humanidades, Patricia Breppe, decidieron participar como precandidatos de las primarias de septiembre. Con lo que su participación en la compulsa académica quedaría supeditada al logro en el proceso electoral. Al menos en el caso del rector, que planifica su estrategia con mucha cautela, calculando sus pasos para no quedarse “sin el pan y sin la torta”.

La Universidad Nacional de Catamarca fue históricamente un bastión radical. El protagonismo y control de la UCR en la mayoría de los claustros se refleja en la primacía del partido en los cargos electivos colegiados e individuales. Y ese ámbito, detrás de una fachada institucional, fue un lugar desde el que construir poder. Eduardo Brizuela del Moral y Julio Salerno son algunos ejemplos de cómo la UNCA sirvió de trampolín para una carrera política, más o menos exitosa.

Es desde esa misma plataforma que Flavio Fama y Patricia Breppe intentan saltar a la política partidaria. Para la decana de Humanidades, esposa del ex intendente Ricardo Guzmán, la política es algo sumamente familiar. Participó activamente de muchos procesos electorales, aunque es la primera vez que será protagonista. Por su parte, el actual rector tuvo una primera experiencia en 2019 cuando fue candidato a intendente de la Capital por JxC. Fallida pero aleccionadora. Porque le hizo entender que la derrota está entre los escenarios posibles. Y que hay que ser previsor si no quiere volver al llano.

Los mandatos de las actuales autoridades de la UNCA están vencidos desde septiembre de 2020, pero fueron prorrogados por un año por la Asamblea Universitaria ante la imposibilidad de realizar la elección durante la pandemia. El pasado mes de abril el Consejo Superior emitió la resolución por la que convoca a la renovación de autoridades colegiadas y unipersonales. Y tanto Fama como Breppe ya trabajaban en su reelección.

Apenas fue convocada y aceptó ser precandidata a diputada nacional por la lista “Adelante Catamarca” en el marco de las PASO de Juntos por el Cambio, Breppe renunció a candidatearse para su reelección como decana. Por el contrario, Fama puso suspenso a su decisión de participar en los comicios universitarios. Y la condiciona a su performance electoral, consciente de que poner todos los huevos en una sola canasta es una estrategia de alto riesgo.

“Si claramente soy ganador en las PASO por mi sector, no voy a ser candidato a rector y si no lo soy se evaluará” señaló sin disimulo, dejando en evidencia su intención de soltar una rama solo si ya está sujeto y seguro en la otra. Porque aunque, si pudiera elegir, la Cámara de Senadores de la Nación es donde Fama desea estar desde diciembre, el rectorado de la UNCA es un excelente Plan B al que no está dispuesto a renunciar.

No se puede dejar de lado en este análisis que Fama ya fue electo rector por tres periodos consecutivos. Y aunque llegó a ese cargo pregonando la alternancia y el tope a las reelecciones indefinidas, utilizó una reforma del Estatuto de la Universidad como argumento para habilitarse la posibilidad de un cuarto mandato.

El rector y ahora precandidato asumió el cargo en 2008, fue reelecto en 2012 y luego en 2016. Pero la reforma estatutaria de 2013 que prohíbe la reelección indefinida, se aprobó con el acuerdo de que su aplicación no sea retroactiva. Con lo que el actual mandato de Fama es considerado el primero desde la entrada en vigencia del nuevo marco, y por lo tanto puede aspirar a un nuevo periodo. 

Pensando en eso estaba el ingeniero cuando se atravesó la candidatura a senador nacional. Una propuesta más que tentadora para alguien que hace rato busca su lugar en la política partidaria y los cargos electivos. Pero, siempre aspirante a espacios muy codiciados (intendencia en 2019 y senaduría ahora) la derrota es una posibilidad que no se puede dejar fuera de la ecuación.

Sin la pandemia y todas las alteraciones que esta trajo, Fama ya habría sido reelecto el año pasado, fecha original de las elección universitaria, y en este momento estaría cursando su cuarto mandato. Lo que le habría sido muy conveniente. Con cuatro años más de rector asegurado, se podría enfocar en las PASO más suelto de cuerpo y sin tanto miedo a quedarse sin nada. Pero el coronavirus planteó otro escenario, y en esa encrucijada está hoy Fama.

Especulación pura y explícita, el rector espera que el proceso electoral en la UNCA se estire para que le dé tiempo a decidir con las PASO ya resueltas. “Después de las elecciones de las Facultades viene la elección por padrón único de no docentes y egresados para dos consejeros cada uno en el Consejo Superior, luego las elecciones de decanos y vicedecano de las siete facultades y recién viene la Asamblea Universitaria; cuando todos estén electos recién se convoca”, describe lo que efectivamente es un proceso extenso. Y que, de ser necesario, tal vez pueda demorarse un poco más aún. Como quien dice hasta después de las Legislativas.

Diversificar se dice en el ámbito de las finanzas, la premisa es invertir un poco en cada opción para que, en caso de un revés, la pérdida no sea total. La apuesta fuerte está en la banca del Congreso. Pero el despacho de la UNCA es un buen reaseguro. Cálculos, proyecciones, estadísticas y todos los recursos a mano se ponen a disposición para planificar. Que si falla un plan, esté el otro. Si no es el pan, que sea la torta.

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