Susana apura los trámites de su retiro voluntario

Susana Zenteno, por ahora intendenta de Valle Viejo, se convirtió en noticia nacional haciendo el ridículo como nadie lo había hecho. La señora presentó una licencia por problemas de salud y se fue de joda al Caribe, un papelón total que embarró todavía más cuando volvió y dijo que se había equivocado porque es humana.

Del ridículo no se vuelve, y ahora Zenteno se expone a un juicio político en el que podrían quitarle el cargo, algo para lo que hizo todos los méritos.

Inepta, desprolija, incapaz, Zenteno no hizo nada en el municipio que permita ser rescatado. Sólo se destaca por su torpeza, por nombrar familiares, por acomodar amigos, por gozar de los privilegios de la buena vida con dinero público.

Valle Viejo está peor que nunca. Todo es desorden porque no tiene conducción. Lo que tiene es una señora preocupada por pasarla bien y por sacarle plata al Estado como sea.

Así, hizo nombrar en la Cámara de Diputados a su hija que vivía en Córdoba, regalándole una especie de beca por ser una de las hijas del poder. A la otra hija, directamente le dio un cargo ella con sueldo millonario. Y las dos se fueron a disfrutar de las playas caribeñas con la tuya.

Para colmo mintió descaradamente, haciéndose pasar por enferma. Para colmo la descubrieron. Para colmo vuelve y se pone a hacer papelones para todo el país balbuceando ante las cámaras.

Zenteno es una mochila de las tantas que dejó su madrina política, Lucía Corpacci, inventando candidatos con recursos y aparato oficial, para ubicarla como intendenta. Les dejó ese regalo junto con el fiel escudero de la jefa comunal, Franco Iramaín, defensor fanático de Zenteno que también recibe los favores de Susana con su lugarcito en el Concejo Deliberante y cargos para su familia.

Una señora impresentable acusa a todos de perseguirla y no se da cuenta de que ella solita se hundió, con falsedades, con abusos, con corrupción a cara descubierta y a cielo abierto.

Nunca le importó nada, y ahora que se le viene la noche ya no le sirve el discurso de dar lástima. Ya sobran firmas para el juicio político. El retiro voluntario lo tramitó ella sola.

El catucho