La Casa de Gobierno ya no funciona como Casa de Gobierno, y ahora la residencia oficial del gobernador tampoco cumplirá esa función, porque pasará a manos de la Municipalidad de la Capital, al igual que el Parque de los Niños, y un par de plazas.
Por su parte, el gobernador se instaló ya en el Centro de Innovación y Desarrollo, el gran predio que está sobre Avenida Presidente Castillo que contiene la casona de Mardoqueo Molina.
Ese predio fue precisamente recuperado por Raúl Jalil cuando era intendente, y con el cambio de gestión fue prácticamente el despacho inicial de Gustavo Saadi.
Primero Jalil se lo pidió prestado para unas reuniones, después fue más y más, y al final se quedó ahí. Muy cerquita y muy lejos del centro, el lugar es ideal porque nunca se presentan allí manifestaciones ni las molestias que se sienten en pleno centro de la ciudad. En el CID (¿cómo lo llamarán ahora?), está supercontrolado el ingreso de gente, y es imposible pasar si no hay una audiencia otorgada. La paz hecha oficina.
Claro que el intendente Saadi salía perdiendo con la ronda de trueques, así que para compensarlo le dieron la residencia de Villa Parque Chacabuco, una casa que supieron usar bastante Eduardo Brizuela del Moral y Lucía Corpacci, sobre todo cuando necesitaban huir del bullicio céntrico.
Las mudanzas constantes son otra muestra de la particular relación de Jalil con Saadi, ya que estos movimientos vienen como segundo acto de los cambios de funcionarios, incluyendo más de media docena que pasaron de la muni a Provincia.
Es una relación que confirma que el trato del gobernador con Capital es muy diferente a los otros 35 municipios. En parte se entiende por la cercanía geográfica, y también por tratarse de la comuna con más habitantes.
La pregunta que surge es la siguiente: ¿existe una armonía fina entre ambos? ¿Podrá hablarse de una sociedad política de cara a las elecciones de 2021 y, sobre todo, la de 2023?
Eso está por verse. Depende de las aspiraciones de uno y otro, y de cuánto compartan un proyecto político que hasta ahora los muestra juntos, pero no está claro si comparten plenamente cada lineamiento de gestión.
Hay por ahora una relación institucional, pero la gestión de Saadi parece bastante distinta a la de Jalil en la Capital.
Los protagonistas de la historia no se han pronunciado ni lo harán por el momento, pero sus segundas líneas ya están hablando de los repartos de cargos en las listas del año que viene, y más de uno cree que puede haber sorpresas.
¿La clave? Lucía Corpacci: es el árbitro que puede resolver cómo se tejen las próximas alianzas. Puede que vuelvan a ir todos juntos como desde 2011… O puede que no.
