El presidente Javier Milei hizo su jugada más audaz desde que asumió, al decidir cerrar un nuevo acuerdo con el FMI por decreto, sin pasar por el Congreso y sin decir cómo será el acuerdo. Parecía misión imposible, porque tenía que lograr el aval de los legisladores sin decir cuánto va a pedir prestado, cómo se va a devolver, sin decir nada. Y lo logró.
¿Cómo lo consiguió? Entre otras cosas, con el total apoyo de Catamarca, la provincia más sumisa del país, porque acá hablan y discuten, pero allá son todos obedientes libertarios.
Sí señor, Francisco Monti votó a favor, y los peronistas, por llamarlos de alguna manera, dejaron sus bancas vacías para no molestar. Mientras todo el PJ raspaba la olla para juntar votos en contra, Silvana Ginocchio, Dante López Rodríguez, Sebastián Nóblega y Fernanda Ávila, los peronistas con peluca, decidieron tomarse el día libre y ni fueron a la sesión.
¿Qué les pasó? ¿Ginocchio se quedó sin nafta? ¿A López Rodríguez le falló el chofer? ¿Sebastián Nóblega se quedó encerrado en el ascensor? ¿Fernanda Ávila se fue a conocer Canadá? No señor: cumplieron órdenes de Raúl Jalil, que unas horas antes se reunió con Luis Caputo y bajó la orden.
Si se endeuda el país, si no se sabe por cuánto, no importa. Hagan caso, cállense la boca, miren para otro lado, no vayan.
Ya hablamos acá bastante de lo que es el radicalismo: un recuerdo. Y el peronismo de Catamarca está en la misma categoría. No existe, no nos engañemos más.
Para colmo un día antes Lucía Corpacci hizo el circo de mostrarse en la conferencia de prensa de los senadores advirtiendo que el acuerdo con el FMI era la entrada al infierno. Y más tarde se mostró con Cristina para decir lo mismo. Y ninguno de los diputados nacionales del partido ¡que ella preside! en Catamarca fue a votar. Y después viene y comparte actos con Jalil como si nada. Todo una payasada.
Ni hablar de Joao Andrada, el otro senador, que directamente se fue de Unión por la Patria y armó, como veníamos anticipando, un bloque aparte con otros tres “rebeldes” en el cambio de bando número tres millones del oftalmólogo.
Y acá todavía hay gente que se pelea y analiza… “Yo soy peronista”, “Yo soy radical”. Olvídense, los entregaron atados a todos, los venden por nada. Sepan que todos responden a Milei.
El catucho