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Los únicos privilegiados…son los que recaudan

Dicho y hecho. En esta Catamarca sumergida en una crisis cada día más grave, donde los efectos de la pandemia y el derrumbe económico se mezclan en un cóctel fatal, el reparto de recursos se rige por intereses que parecen alejarse de las necesidades del ciudadano común.

Alcanza con que un gremialista levante la voz para pedir un aumento de sueldo para que se lo aplaste con argumentos aparentemente irrefutables. “¿Aumento? ¡Estás loco! ¿No sabés lo que pasa?”. Y empieza el recitado de la baja recaudación, de la caída de ingresos, de la pobreza eterna cuando de mejorar las condiciones de los trabajadores se trata.

Pero hay aumentos. Claro que no para todos, sólo para los que interesan al gobierno.

Dicho y hecho. Lo anticipamos hace algunas semanas haciéndonos eco de comentarios de personas cercanas a los círculos de decisión, y hoy ya se trata de una realidad certificada en los recibos de sueldo de los afortunados.

La Agencia de Recaudación de Catamarca (ARCA), que reúne a los organismos históricamente recaudadores (Rentas, Registro de la Propiedad, Catastro), es el área oficial donde se otorgaron incrementos salariales muy importantes, mientras los demás esperan sentados y sin novedades.

Las mejoras en los sueldos de bolsillo van del 10 al 40 por ciento. Todos contentos, y con una misión clara: a cobrar y recaudar todo lo que se pueda: cuanto más recauden, más cobran. Satisfacción garantizada.

El interés del Gobierno por encontrarse con la mayor cantidad de dinero posible se entiende. Lo que no se entiende es que echen mano a los sectores más castigados: privados, emprendedores, comerciantes, pequeños empresarios.

Los que más sufren con estos aislamientos letales para la actividad económica, son los elegidos para ser exprimidos y estrujados hasta que escupan la última moneda. En lugar de asistir y ayudar, el Estado aparece para arrasar con lo que queda de las cajas en aquellos emprendedores que todavía resisten y no bajaron sus persianas.

Una locura que de rebote premia a los trabajadores históricamente mejor pagos de toda la Administración Pública Provincial: se les da más a los que mejor están, se les quita más a los más vapuleados de la sociedad.

Lo hace el mismo Estado que no tiene para mejorar significativamente los sueldos de docentes, personal de Salud, y otros que cumplen labores realmente esenciales, arriesgándose día a día.

Un criterio inexplicable, en el que los únicos privilegiados siguen siendo los de siempre.

¿A nadie se le ocurrió echar mano a los sueldos de los funcionarios públicos? Tanto ministro, secretario, diputado, senador, concejal, toda esa casta que sumando sueldos muerde bocados que representan millones y millones mes a mes… si falta plata ¿no deberían empezar por ahí?

No, ellos jamás, son como los amigos de Elliot Ness: todos intocables.

Para buscar plata está el pobre perejil que tiene pagar alquiler, impuestos, servicios, luz, y que no vende nada porque lo dejan abrir de a ratitos. Con ellos el Gobierno es implacable: hay que pagar o pagar.

Después se llama a reflexionar a los que protestan. Y los que gobiernan… ¿van a reflexionar alguna vez?

El Catucho. 

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