El Gobierno nacional trabaja en tres reformas estructurales de gran alcance que serían enviadas al Congreso una vez finalizadas las elecciones de medio término. Se trata de modificaciones en las áreas fiscal, laboral y previsional, en línea con los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las dos primeras tendrían como fecha estimativa de presentación antes de fin de año, mientras que la previsional quedaría relegada para fines de 2026 debido a su alta sensibilidad política y su vínculo directo con el mercado laboral.
Según trascendió, estas iniciativas fueron confirmadas por el equipo económico ante inversores en Estados Unidos y luego reiteradas frente a empresarios locales. El ministro de Economía, Luis Caputo, indicó que las medidas buscan “seguir bajando el costo argentino y desincentivar la informalidad”, y subrayó que el país “tiene una economía lista para crecer más del 6%”.
Caputo explicó que, aunque hay señales de crecimiento sostenido, la baja monetización es un problema. “Hoy tenemos un muy buen auto, pero sin suficiente combustible”, dijo en referencia a la necesidad de remonetizar la economía.
Por su parte, el FMI considera que estas reformas podrían tener un impacto significativo. Según su último reporte técnico, si Argentina logra cerrar brechas estructurales con otras economías emergentes como Polonia o Costa Rica, el PBI podría incrementarse entre 1,5 y 2,75 puntos porcentuales por año durante los próximos cinco años.
El organismo enfatizó la importancia de mejorar la regulación empresarial, liberalizar el comercio y flexibilizar el mercado cambiario. También remarcó que el éxito de estas reformas dependerá de su correcta secuenciación y de un fuerte respaldo político y social.
Además, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, destacó que el programa se basa en la sostenibilidad fiscal a través del déficit cero, la disciplina en el gasto y reformas bien diseñadas en los sistemas tributario, de coparticipación y de pensiones.
En ese contexto, el Ministerio de Economía ya comenzó a trabajar en la reforma tributaria, con el objetivo de simplificar el sistema y eliminar tributos de escasa incidencia en la recaudación, lo que también busca generar un entorno más amigable para la inversión privada.