Las tensiones en Ecuador alcanzan niveles críticos con 170 personas, entre ellas 155 miembros del Cuerpo de Seguridad y Vigilancia Penitenciaria (CSVP) y 15 del personal administrativo, retenidas en medio de una ola de violencia vinculada al narcotráfico. La situación desencadenó motines carcelarios, secuestros de policías, ataques explosivos y la misteriosa desaparición de Adolfo Macías, alias “Fito”, líder de la banda narcotraficante Los Choneros.
El domingo marcó un punto de inflexión con la intensificación de la violencia, que resultó en la fuga de Fabricio Colón Pico, líder de Los Lobos, y la exigencia de garantías de seguridad por parte del presidente Daniel Noboa para su entrega. Con varias prisiones bajo el control de reclusos, las cifras sobre los trabajadores retenidos variaban, generando confusión sobre la magnitud de la crisis.
En medio de este caos, el viernes se registró la liberación de dos guías penitenciarios del penal de Turi y tres empleados administrativos del de Cañar, aunque la situación general sigue sin resolverse. El Gobierno declaró el estado de “conflicto armado interno” para hacer frente a la complejidad de la situación.
En un intento por recuperar el control, al menos cinco presos protagonizaron una fuga en una cárcel de Guayaquil, desencadenando una espectacular persecución policial que involucró tierra y aire. Dos helicópteros con potentes proyectores rastrearon la pista de los fugitivos, mientras agentes en motocicletas patrullaban la zona. La operación, que también incluyó drones y una treintena de policías, logró la recaptura de dos de los presos, según informaron las autoridades.
Aunque videos no verificados en redes sociales mostraban a dos hombres esposados en el suelo, las autoridades aún no han proporcionado un balance oficial sobre el número total de presos fugados y recapturados. La crisis interna declarada ya ha cobrado al menos 14 vidas en cinco días, incluyendo civiles, policías y reclusos, sumiendo a Ecuador en una crisis de proporciones inéditas.
