Kokichi Akuzawa, nacido en 1923 en Gunma, Japón, se convirtió en la persona de mayor edad en escalar el monte Fuji, la montaña más alta del país con 3.776 metros. Lejos de buscar elogios, el centenario montañista aseguró: “Estuve allí y vi las vistas muchas veces, no fue nada especial”.
Este año, Akuzawa enfrentó varios problemas de salud: en enero sufrió una caída mientras subía una montaña, luego tuvo un herpes zóster y terminó internado por insuficiencia cardíaca. Sin embargo, su recuperación sorprendió a su familia y a los médicos. Para volver a estar en forma, retomó sus caminatas diarias y mantuvo su costumbre de escalar montañas casi semanalmente.
El ascenso al Fuji comenzó el 3 de agosto por la ruta Yoshida y se extendió durante tres días, con dos noches en refugios de montaña. En el tramo final enfrentó fuertes vientos y la altitud, pero logró llegar a la cima el 5 de agosto a las 11 de la mañana, acompañado por un equipo de apoyo, incluida su nieta enfermera. Allí firmó el libro de visitas del Santuario Fujisan Sengen y expresó: “Fue duro y la sensación fue muy distinta a la última vez que lo escalé. Estoy asombrado de haber llegado a la cima. No podría haberlo logrado sin la ayuda de todos. Ahora me siento satisfecho”.
Además de montañista, Akuzawa es ganadero jubilado, voluntario en un centro de atención a mayores y enseña pintura. Su vida activa y su humildad lo convierten en un ejemplo de vitalidad, aunque fue categórico al afirmar que no volverá a intentar el ascenso.
