Liliana, una mujer indígena de la comunidad Wixárika en Jalisco, México, fue asesinada a manos de su esposo, quien para ocultar sus actos arrastró el cuerpo hasta un árbol en donde la colgó para después denunciar que se había suicidado.
La declaración de su esposo señaló que discutió con ella la tarde del 2 de marzo, tras ello salió de su casa para comprar comida y a su regreso ella ya no se encontraba.
Aseguró que no supo nada de su esposa hasta la mañana siguiente, cuando supuestamente la encontró colgada de un árbol. Posteriormente dio aviso a las autoridades señalando que su esposa se había suicidado.
Liliana creció junto a sus seis hermanos en la comunidad indígena Wixárika, ubicada la sierra norte de Jalisco. Le gustaba cocinar y sus conocidos la recuerdan trabajando en el telar de cintura con música de fondo. Estudió hasta la secundaria y fue ahí donde conoció a su esposo, con el que se iría a vivir y tiempo más tarde tendría una hija.
De acuerdo a Mara Muñoz, defensa de la familia de Liliana, entrevistada por el medio digital Latinus, ninguna de las autoridades que llegaron al lugar de los hechos, desde policías municipales, estatales, agentes del Ministerio Público y hasta el personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, tomaron en cuenta una mancha de vómito y saliva de la recámara, un collar roto, los destrozos al interior al interior del domicilio o las marcas del piso de arrastre que culminaban en el árbol en donde fue encontrada.
“Ni siquiera hubo cadena de custodia de la bufanda con la que presuntamente Liliana se había ahorcado”, dijo.
Según los reportes, el cuerpo de Liliana permaneció colgado más de doce horas desde su hallazgo. Personal de la Fiscalía tardó nueve horas en llegar, más otras tres horas que tardaron en tomar las diligencias correspondientes.
Después, el cadáver fue llevado a Huejuquilla, donde le realizaron la necropsia para determinar las causas de la muerte, asentando que fue un suicidio pese a las marcas de navaja en su abdomen así como otros indicadores de haber sufrido violencia antes de fallecer.
Cabe señalar que en el estado de Jalisco es obligatorio en todos los casos de muerte en mujeres, incluso suicidios, se siga el protocolo de feminicidio.
Por ello, familiares de Liliana presentaron ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos una denuncia apuntando las violaciones al debido proceso, pues además, señalan que en el dictamen de la necropsia no hay registros de raspado de uñas, muestras vaginales y bucales.
“En relación con el dictamen de la necropsia de necropsia, en el mismo no se detallaron claramente sobre otras lesiones que hubiese podido presentar el cuerpo […], para ampliación de estudios histopatológicos.
Derivado de ello, tampoco obra en la Carpeta de Investigación dictámenes de criminalística de los hechos y de lesiones”, señala la denuncia.
