Este domingo, el papa Francisco reapareció públicamente en el Vaticano para participar de la misa de Pascua desde la logia central de la Basílica de San Pedro, donde impartió la tradicional bendición “Urbi et Orbi” ante una multitud de fieles. A pesar de encontrarse en plena recuperación por una infección respiratoria que lo mantuvo internado 38 días, el pontífice argentino decidió estar presente durante la ceremonia, aunque no pronunció directamente el mensaje por indicación médica.
El discurso fue leído por uno de sus colaboradores mientras el Papa, de 88 años, permanecía sentado en una silla de ruedas junto al balcón. Aun sin las cánulas nasales que utilizó durante los últimos días, su presencia emocionó a los cerca de 35.000 fieles que colmaron la Plaza de San Pedro para acompañarlo.
En su mensaje de Pascua, Francisco puso énfasis en la defensa de la libertad religiosa y la paz. “No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”, expresó. También pidió el cese de la violencia en las regiones en conflicto, la liberación de los rehenes y el envío urgente de ayuda humanitaria para las poblaciones afectadas por la guerra.
La misa del Domingo de Resurrección fue presidida por el cardenal Angelo Comastri. Francisco, visiblemente más débil pero con buen ánimo, sólo se limitó a saludar con un “Buena Pascua” y acompañar en silencio, reafirmando su compromiso con la fe y su cercanía con los creyentes en una de las fechas más significativas del calendario católico.