Según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), el consumo de carne vacuna en Argentina experimentó una caída del 5,4% en febrero, con 2,8 kilos menos por habitante en comparación con el mismo mes del año anterior. Este descenso se debe a una combinación de factores, siendo el principal la situación económica del país.
El mercado interno se ve afectado por un aumento significativo en los precios, con un alza del 12,1% en los cortes vacunos durante febrero, que repercutió en el bolsillo de los consumidores. Al mismo tiempo, las exportaciones de carne disminuyeron, especialmente con China, principal importador, que redujo su compra en un 33,7% durante los primeros dos meses de 2025.
A su vez, la oferta también disminuyó, con una reducción de la producción de carne vacuna en un 1,7%. La falta de recursos para las familias sumada al encarecimiento de la carne llevó a una tendencia de consumo hacia otras proteínas, como el pollo y el cerdo. De hecho, en 2024, por primera vez en la historia, el consumo de pollo (49,3 kilos por habitante) superó al de carne vacuna (48,5 kilos por habitante).
A pesar de este cambio en los hábitos alimenticios, Argentina sigue siendo el segundo país con mayor consumo de carne, con 115 kilogramos per cápita, superado solo por Estados Unidos.