El Ministerio de Industria, Comercio y Empleo informó oficialmente ayer que decidió rescindir el convenio con la empresa Shangai, operadora de la planta Mom Sport, fundamentando la medida en los graves y reiterados incumplimientos de las obligaciones asumidas por parte de la empresa al acuerdo firmado en el marco del Plan de Reactivación Productiva, implementado por el Decreto I.C. y E. N°970/2024.
“La rescisión del convenio por parte de la cartera que conduce Sebastián Caria se generó a partir de incumplimientos en las obligaciones laborales, específicamente en el pago de las remuneraciones correspondientes al personal, y en no respetar el acuerdo que establecía que la empresa no debía despedir trabajadores, además de no comunicarlo previamente al ministerio. La cartera de Industria consideró que dichas acciones representan una violación directa de las condiciones estipuladas en el programa mencionado, obrando en contrario del propósito fundamental que fue fomentar el desarrollo productivo y la estabilidad laboral. Desde el Ministerio de Industria, Comercio y Empleo se considera a la decisión como definitiva y responde a la gravedad de los hechos constatados, en línea con las facultades otorgadas al ministerio por el marco normativo correspondiente”, informó el propio Gobierno.
Un fracaso doble, porque el Gobierno fue el que aportó millones para el negociado de Textilcom, que se hundió en un pantano de deudas, y no contento con eso desembolsó otra millonada para rescatar a Textilcom con el nuevo experimento de MOM, que terminó igual, en el fondo del río.
Lo que el parte oficial no dice es cuánto dinero le costó este mal chiste a los catamarqueños, porque se trata ahora no de uno, sino de dos emprendimientos “privados” sostenidos con dinero público que terminaron con la gente en la calle.
Ahora se rescinde el convenio, todo muy lindo, no te quiero más. ¿Y en el camino cuánto se gastó? ¿Y esa plata dónde fue? ¿Alguien la va a devolver? ¿Y los trabajadores estafados? Un desastre las “políticas de empleo”, que tanto se usaron para inflar números de ocupación en Catamarca y hoy chocan con la cruda realidad.