El presidente Alberto Fernández, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, están reunidos en la quinta presidencial de Olivos definiendo los detalles de la nueva etapa de la cuarentena, que comenzará el lunes.
Los tres mandatarios llegaron a este encuentro con algunas diferencias. Es que mientras Fernández y Kicillof proponen ir hacía un esquema mucho más restrictivo, el jefe de gobierno porteño se mostró más reacio a endurecer la cuarentena.
La pulseada, según dijeron fuentes oficiales, aún no estaba resuelta. Rodríguez Larreta no estaba dispuesto a ceder en las salidas recreativas deportivas y para los menores. El otro interrogante estaba centrado sobre los comercios de cercanía. En medio de la profundización de la crisis, por la que ya cerraron unos 20.000 locales, nadie en el gobierno porteño quería cargar con esta noticia.
Mañana, el mensaje estará centrado en “convencer” a los habitantes de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, donde se concentra el 90% de los contagios de coronavirus, de que es el “último esfuerzo” para aplanar definitivamente la curva de contagios.
El pensamiento de Horacio Rodríguez Larreta, traducido en la mañana del jueves por uno de sus colaboradores, reflejaba el acuerdo del gobierno porteño con las nuevas restricciones. Convencido de la necesidad de “mostrar un acuerdo” con el Presidente y el gobernador, el jefe de gobierno porteño decidió ceder en su pretensión original de alargar una semana más el estatus de fase 3 para el área metropolitana.