A fines de agosto se anunció a toda orquesta que YMAD volvía a pagar utilidades a Catamarca, y que por ese concepto le giraba a la Provincia 327 millones de pesos, cifra considerada una burda migaja al lado de las cifras que mueve la empresa, por ejemplo, por su participación en los proyectos Alumbrera y MARA, con alquileres de instalaciones y otras yerbas.
Pero la decisión de lavarle la cara a YMAD marcha viento en popa, después de los escándalos por corrupción nunca debidamente aclarados.
Hace unos años el país hablaba de la causa que investigaba la venta de oro a precio vil, desde que se produjo un significativo aumento de producción y comercialización a partir del año 2012 con una consecuente pérdida millonaria para la empresa estatal YMAD.
En la causa, además, se investigó a varias empresas que habrían funcionado como cuevas financieras y con una de las cuales -pese a los embargos ordenaron-, dos hijos de Lázaro Báez movieron 148 millones de pesos a través de la venta fraudulenta de lingotes de oro.
Demasiadas respuestas no hubo por esas denuncias. Angel Mercado y Carlos Palacios se desligaron por “falta de mérito”, y la misma suerte corrió Manuel Benítez, extitular de YMAD y asesor de Oscar Castillo en el Congreso.
Todos están felices por estos días, es más, el cuestionado Benítez hasta participó de la Mesa de Litio que organizó Catamarca como presidente (siempre es presidente de algo) de CAPMIN, la Cámara de Proveedores Mineros o algo así.
¿Alguien fue preso? ¿Se recuperó el oro? ¿Alguien devolvió el dinero malhabido? No que sepamos.
Pero YMAD vuelve a estar dulce y no sólo le tiró una limosna a Catamarca, de hermano a hermano, digamos; sino que también le mandó su cheque a los tucumanos.
La Universidad Nacional de Tucumán recibió 109 millones de pesos en concepto de regalías mineras del ente interestadual Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD), cuyo último giro de fondos había sido en 2014.
“Es un hecho de trascendencia. YMAD reparte utilidades por primera vez en 30 años con recursos propios”, explicó emocionado el rector de la casa de Altos Estudios José García, que destacó que la empresa vuelva a producir utilidades, tras el largo tiempo de la hoy terminada concesión a la Minera Alumbrera.
Bueno, nosotros también estaríamos emocionados si nos caen 109 millones del cielo. Pero los tucumanos no, quieren más: el doble, para ser precisos.
Por eso, otros $ 109 millones (por otro 20% igual al recibido) son depositados en un plazo fijo en el Juzgado federal de Catamarca, en cumplimiento de un amparo en el marco del proceso que la UNT encaró en defensa del 40% que, por definición de la ley de creación de YMAD, le correspondía “para la construcción de la Ciudad Universitaria”.
En 2008, esta decisión fue modificada en un encuentro realizado en YMAD entre el ex rector Juan Alberto Cerisola y el directorio de la empresa, cuando, tras la recepción de utilidades de la concesión de Minera Alumbrera, se declaró terminada la Ciudad Universitaria y se decidió repartir el 40% de regalías en un 20% de libre disponibilidad para la UNT y otro 20% para las otras universidades. En 2014 el Consejo Superior de la UNT declaró nula el acta y en 2017 inició querella judicial para que se restituya su derecho.
Los tucumanos todavía están en espera para recuperar el 40%, que serían 218 millones.
Provincia rica, pueblo pobre. El oro y los millones pasan de mano en mano, y por abajo no se ve nada. Aunque se supone que es nuestro, ¿verdad?
Nótese que cuando YMAD le pagó a Catamarca se armó un festín de partes oficiales, y ahora que le paga a Tucumán no se informó nada. Nos enteramos por los tucumanos. ¿Será casualidad?