Marley habló tras la denuncia por presunta corrupción de menores: “Es una extorsión y tengo pruebas”

El conductor hizo un descargo después de que se conociera la acusación de Adrián Alfredo Molina.

Después de que se conociera la denuncia en su contra por corrupción de menores, Marley rompió el silencio y aseguró que se trata de acusaciones falsas que esconden una intención económica.

Al aire de El noticiero de la gente (Telefe), el conductor dio su versión de los hechos: “Ya fui a la Justicia y tengo un montón de pruebas para demostrar que todo lo que dice ahí es falso”.

“Yo estoy muy mal, dormí pésimo. Me tomó por sorpresa y estoy hablando acá por mis hijos. En el segundo momento más feliz de mi vida -por la llegada de su beba- aparece esto, que son falsedades. Me sorprendió muchísimo porque vino con pedido de dinero. Fue una situación horrible que vengo viviendo desde antes”, aseguró sobre cómo atraviesa la situación.

En cuanto a su vínculo con el denunciante, detalló: “Lo conozco. Fue hace 25 años, los dos éramos mayores de edad. Él estaba estudiando en la facultad, y tengo pruebas. Lo que pasó fue un vínculo muy sano y muy lindo durante dos o tres años. Yo no estoy acostumbrado a hablar de mi vida privada ni de mi sexualidad y esto me pone incómodo porque te fuerzan a hablar de algo que yo no hablo porque así lo decidí”.

Y agregó: “Él se mudó a Estados Unidos en 2002, se casó y yo conocí al marido, íbamos a cenar. Tuvimos un muy buen vínculo desde los 25 años. Un día me llama y me dice que su mamá estaba muy mal en la Argentina y que no la atendían y yo intercedí en la obra social para que lo hicieran. Así fue y él me agradeció mucho. El vínculo era perfecto, todo era genial”.

“De repente, se comunica conmigo en el año 2022 y me dice que está lleno de deudas, que está en un momento económico muy malo y me pide una cifra gigánte en dólares para que lo ayudara. Yo en ese momento no tenía plata, le dije que no podía. No le cayó muy bien eso y la relación se enfrió. El año pasado apareció con exigencias y con amenazas diciéndome que me tenía que comunicar con su abogado. Si no lo hacía, me dijo que iba a ir a la prensa y a varios periodistas de espectáculos a contar todo”, comentó Marley sobre las extorsiones que recibió en el último tiempo.

Acto seguido, aseguró tener maneras de refutar la denuncia: “Tengo todas las pruebas grabadas de todo lo que digo que serán presentadas. Nunca imaginé que su desesperación económica podía ser tanta como para hacer una denuncia con tantas falsedades”.

Según explicó el conductor, los problemas habrían empezado luego de que se negó a darle dinero al denunciante: “Odio tener que estar acá hablando de mi sexualidad, odio tener que ir a la Justicia por una mentira. Pero lo voy a hacer. Espero que pronto termine esta pesadilla”.

En cuanto al proceso judicial, el conductor anticipó que esta mañana sus abogados presentaron el escrito en el Juzgado correspondiente y que estarán presentando las pruebas necesarias: “Queremos que la Justicia compruebe que es incongruente lo que expuso, ni la fechas coinciden. Es todo un invento increíble”.

Qué dice la denuncia contra Marley

La denuncia fue iniciada por Adrián Alfredo Molina, quien vive en Miami y viajó a la Argentina para realizar la presentación judicial. Dado que la causa prescribió, el denunciante solicita un “juicio por la verdad” -en este caso, si el imputado resulta culpable no tiene una pena entendida en los términos del Código Penal-.

De acuerdo a la presentación judicial, Adrián Alfredo Molina conoció a Marley a través de Internet en 1996. En primera instancia, no supo que se trataba de una figura de la televisión. “Fue él quien tomó ventaja de mí e influyó en mi normal desarrollo psicosexual”, dijo sobre relación que inició como una amistad y se habría convertido en un vínculo meramente sexual:

“A mediados de la década de los 90 mi padre adquirió una computadora la cual me introdujo al mundo de la navegación en las páginas web. En esas cosas, a principios del año 96, con 17 años, conocí a una persona, la cual se identificó con un alias, ocultando su verdadera identidad”, comenzó diciendo en la denuncia.

“Por un par de meses tuve comunicación solo por esa vía, comenzando con una relación de carácter amistosa donde me interrogaba por mi vida, mis cosas, le comentaba sobre mi familia, entre muchas otras, llegué a confiarle cosas que nadie sabía”, aseguró Molina, que remarcó que para ese momento no tenía definida su orientación sexual.

Luego, dio detalles del vínculo que entablaron: “Esta persona que es casi diez años mayor que yo, quien por un tiempo logró mi amistad, me enviaba correos electrónicos diariamente, incluso en sus viajes al exterior. Esa comunicación a diario duró un par de meses, sin nunca habernos visto ni escuchado la voz, en ese momento, no se usaba intercambiar fotos”.

“En una ocasión me dijo que se parecía al conductor televisivo Marley, generado la duda si era o no. Si bien no lo afirmó, me había contado que trabajaba en una compañía de producción de espectáculos. Eso fue después de un tiempo de comunicación y antes de conocernos”, precisó.

Finalmente, después de un tiempo de conversaciones se encontraron: “Me citó en una esquina de la zona de Palermo donde nos conocimos personalmente. Para ese entonces, él ya se había transformado en un amigo, en alguien de confianza y la única persona que sabía todo de mi vida”.

“En esa ocasión me subí a su automóvil en el área de la Avenida Libertador e inmediatamente me llevó por la autopista Panamericana a su casa de la zona norte del Gran Buenos Aires”, indicó. Y agregó: “Durante ese trayecto intentó agarrarme de la mano, lo cual rechacé. En ese primer encuentro en su casa, trató de seducirme e intentó tener relaciones sexuales, pero me negué. Lo cual me dio mucha vergüenza y culpa”.

A raíz de esto, Molina aseguró que Marley comenzó a echarle en cara algunas cuestiones. “Después de habernos conocido personalmente, nos comunicábamos a diario por chat, y me hacía sentir culpable porque lo había rechazado. Él me decía que quería tener relaciones sexuales conmigo y que no le debía contar nada a nadie”, señaló el hombre que remarcó que en ese entonces él era “un adolescente muy introvertido y tímido”.

“Esa manipulación y mi inmadurez, me llevaron a acceder a tener relaciones con él. Él me buscaba en una esquina acordada previamente y me llevaba a su casa donde comíamos y teníamos relaciones sexuales. Esto se inició cuando yo tenía 17 años y duró por más de tres años en el más absoluto secreto”, denunció Molina.

Sin embargo, con el tiempo tomó conciencia de que aquella “relación fue meramente sexual” y limitada a las cuatro paredes de su casa, excepto por un par de viajes fuera de Buenos Aires.

“Cuando estábamos en su casa me obligaba a que no me acercara a la cocina de la planta baja porque nos podía ver una vecina a través de un ventanal, y si salíamos a la piscina en el jardín siempre teníamos que estar alejados para evitar que sobre los paredones pudieran acercarse fotógrafos”, remarcó.

La presunta víctima aseguró: “Durante todo ese tiempo me distancié de familia y amigos, cambié de carrera y asumí el rol de su protector, pero en realidad fue él quien tomó ventaja de mí e influyó en mi normal desarrollo psicosexual”.

En este sentido, ejemplificó: “Yo nunca había usado drogas. En una ocasión, en la planta alta de su casa, colocó en mi nariz una sustancia ilegal que se llama popper. La sustancia ingresó en mis fosas nasales, me hizo hervir la cabeza, la nariz, la garganta, los ojos y esto pasó mientras él intentaba convencerme de tener sexo en la bañera jacuzzi. Me sentí tan mal que me descompuse”.

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