Como un disco rayado que repite y repite lo mismo, así fue el discurso de Raúl Jalil, que volvió a describir una Catamarca que no existe, a “anunciar” cosas que anuncia todos los años, y a plantear situaciones que nada tienen que ver con la realidad.
Aburrido y reiterativo, el mensaje no trajo ninguna novedad importante, eludió cuestiones fundamentales y se basó en menciones genéricas sin abordar ninguna cuestión esencial.
Así, como viene sucediendo hace 11 años, se explayó sobre el proyecto de reforma de la Constitución. Once años diciendo lo mismo, increíble pero real. También volvió a hablar de la obra del Hospital San Juan Bautista, algo que se cansó de anunciar y que jamás se hizo.
Con el One Shot, que antes había dicho que volvía en mayo, lo que hizo fue patearlo para junio. Es decir, en abril fue un escándalo cuando lo suspendió por un mes, y ahora simplemente avisó que lo suspende otro mes, pero de manera bonita, al sugerir que en junio volvería sin dar ninguna precisión.
Por otra parte, desde que está el One Shot esquivaron aumentos de sueldo y bonos enrostrando que la gente ya recibía ese beneficio, que ahora desapareció pero sin que se otorgue ningún aumento ni bono.
Otro “gran anuncio” fue que habrá Boleto Estudiantil Gratuito, algo que está implementado desde 2015: sí, anunció algo que funciona hace una década. Mientras explota el Boletín Oficial y sigue nombrando amigos por legiones, dijo que se acerca a su objetivo de que haya un 50 por ciento de empleo privado y 50 por ciento de empleo público, una afirmación que no sabemos si corresponde a Luxemburgo o a dónde.
Destacó que no hay que endeudarse pero anunció la toma de un préstamo, destacó la cuestión institucional pero quiere cambiar una ley para meter el defensor del pueblo que él quiere y la ley no permite, dijo después que los empleados de radio y televisión pública no tienen que esperar que les paguen el sueldo y que salgan a vender publicidad, y tan flojo estaba de anuncios que nombró como logro de gestión que abrió una web de turismo.
Insistió con Lucía, Lucía, Lucía, que se fue hace seis años pero parece que es el ángel de la guarda de la gestión, y no mucho más. Y muy interesante, la propuesta que toda la provincia estaba esperando ansiosa, pidió que haya más countrys y barrios privados en Catamarca.
Realmente un mensaje incoherente y vacío, que da un poquito de ganas de mudarse a Catamarca si fuera como la describió Raúl Jalil.