Si hay miseria, que no se note

En medio del conflicto de la Municipalidad de Valle Viejo, con llantos oficiales por la falta de recursos y bronca de decenas de familias que quedan en la calle, trascendió una noticia que cayó como un baldazo de agua helada en los despedidos.

La intendenta chacarera, Susana Zenteno, gasta 3,28 millones de pesos al mes, exclusivamente en sueldos de su planta de funcionarios, lo que implica un gasto que rondará 43 millones de pesos al año, sin contar lo que gastan en teléfonos, vehículos oficiales y otras yerbas.

Después se arrancan los cabellos porque los números no dan y las cuentas no cierran, pero con semejante cohorte de colaboradores, cabe preguntarse qué criterio de ahorro tienen en Valle Viejo, ¿o también estas designaciones son culpa del Gallo?

La lista muestra un podio de tres funcionarios que casi rozan la friolera de los 100.000 pesos de sueldo, otros ocho que están por encima de los 80.000, seis que superan los 70.000, y el resto por encima de los 50.000 pesos, con excepción de uno que se plantó en 28.000.

Una estructura monumental para un municipio con bajísima recaudación propia, hundido en un conflicto que le impide arrancar a largos tres meses de haber asumido, y con la inigualable torpeza de una intendenta que eligió anunciar livianamente en declaraciones periodísticas que “faltan 200 despidos más”.

Los propios funcionarios de Zenteno se agarraban la cabeza cuando se enteraron del sincericidio y la falta de tacto de la mandataria municipal, quien vaya a saber qué se le cruzó en la cabeza cuando dio a conocer la tremenda decisión, casi al pasar, en un reportaje cedido a Juan Carlos Ledesma.

Ahora se viene la noche, más oscura de lo que estaba.

Horas después de la entrevista, la guardia de Infantería tuvo que rodear la casa de Zenteno, mientras una multitud de despedidos protestaba acompañada por dirigentes de ATE.

La movilización fue, esta vez, pacífica, y no hubo incidentes graves, pero realmente da la sensación de que se estuviera provocando a los trabajadores.

El catucho.

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