Las audiencias del juicio que se desarrolla en el Tribunal Oral Criminal N° 3 de San Isidro continúan revelando detalles desconocidos sobre los últimos días de Diego Armando Maradona. Esta semana, quedó expuesta una de las grandes mentiras médicas que rodearon al ídolo: el neurocirujano Leopoldo Luque nunca lo operó del hematoma subdural en noviembre de 2020, y según varios testigos, esa intervención ni siquiera era necesaria.
El procedimiento, que se llevó a cabo en la Clínica Olivos, fue presentado públicamente como una operación urgente y exitosa, con Luque al frente del quirófano. Sin embargo, en el juicio quedó claro que se trató de una maniobra mediática. Los médicos que inicialmente detectaron el hematoma en la clínica Ipensa de La Plata aseguraron ante los jueces que la lesión era leve y podía resolverse con medicamentos. “No era el momento, él no estaba compensado”, afirmó el jefe de neurología del sanatorio, Guillermo Burry.
A pesar de eso, Luque insistió en operarlo y logró el traslado de Diego a otra clínica. Las hijas del Diez confiaban en él como médico de cabecera y no cuestionaron la decisión. Pero en privado, su entorno desconfiaba de las capacidades del neurocirujano y exigió buscar al mejor equipo profesional del país. Aunque Maradona había expresado su deseo de que Luque lo interviniera, finalmente fue otro médico, Pablo Rubino, quien realizó la operación.
Testigos describieron que Luque entró en crisis emocional al saber que no lo dejarían operar. Se arrodilló, lloró y le acarició la mano a Maradona antes de la cirugía. Luego, fue él quien salió a hablar con la prensa para comunicar que la intervención había sido un éxito. Incluso posó junto a Diego en una foto que recorrió el mundo, dando a entender que había sido el responsable de salvarlo.
Días después, Luque recomendó a las hijas del ex futbolista continuar la recuperación en una internación domiciliaria en una casa en Tigre, donde finalmente murió el 25 de noviembre de 2020. La Justicia considera que la operación no tuvo relación directa con la muerte, pero el juicio busca determinar qué ocurrió entre la externación y el fallecimiento.
Además de Luque, están imputados la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, el enfermero Ricardo Almirón, su supervisor Mariano Perroni, el médico clínico Pedro Di Spagna y la coordinadora médica de la prepaga, Nancy Forlini. La causa investiga una posible negligencia médica que podría haber precipitado el trágico final del astro.