En unas elecciones presidenciales marcadas por la controversia y las protestas, Vladimir Putin se aseguró una victoria aplastante con el 87,7% de los votos, según los resultados preliminares. Esta contundente victoria le permitirá extender su mandato hasta el año 2030, convirtiéndose así en el presidente que más tiempo ha permanecido en el cargo, superando incluso a Josef Stalin.
A pesar de las críticas y las manifestaciones en todo el mundo, los votantes rusos acudieron a las urnas en una elección ampliamente calificada como una “farsa electoral”. Putin se impuso nuevamente con un margen abrumador, consolidando su posición en el poder.
Los resultados preliminares de la Comisión Electoral Central de Rusia muestran a Putin como el claro ganador, con el 87,3% de los votos. A pesar de las acusaciones de fraude electoral, las autoridades rusas aseguran que no se han detectado irregularidades que afecten directamente los resultados.
Las elecciones en los territorios ocupados, que provocaron un fuerte rechazo internacional, registraron altos niveles de participación. En territorio ruso, la participación alcanzó el 74,2%, según informó Ella Pamfilova, presidenta de la Comisión Electoral Central de Rusia, quien agradeció a Occidente por “unir” a los ciudadanos rusos en torno a la votación.
El candidato comunista Nikolai Kharitonov ocupó el segundo lugar con poco más del 4% de los votos, seguido por Vladislav Davankov y el ultranacionalista Leonid Slutsky en el último lugar.
Las elecciones generaron fuertes críticas por parte del presidente ucraniano Volodimir Zelensky, quien cuestionó la legitimidad de la votación y criticó a Putin. Zelensky agradeció a los líderes internacionales que manifestaron su rechazo a las elecciones y enfatizó la necesidad de justicia por las acciones del gobierno ruso en territorio ucraniano.
