En un contexto de reanudación de las negociaciones con Hamás para alcanzar un acuerdo de tregua, el Gobierno de Benjamin Netanyahu enfrentó el domingo la mayor protesta desde su asunción, con una multitud estimada en más de 100.000 personas que exigieron la liberación inmediata de los rehenes aún cautivos en Gaza.
El estallido del conflicto bélico llevó a una momentánea unión parcial entre la ciudadanía israelí, que se desvaneció rápidamente ante la percepción de ineficacia por parte del gobierno. Desde entonces, solo se ha logrado una tregua de una semana que posibilitó la liberación de 110 rehenes. En medio de nuevas negociaciones para alcanzar un acuerdo duradero, miles de manifestantes marcharon hacia el Parlamento en Jerusalén exigiendo acciones urgentes.
En rechazo a las políticas del primer ministro, los participantes de la protesta demandaron elecciones anticipadas, a pocos meses de cumplirse un año desde el inicio del conflicto. Asimismo, solicitaron al Gobierno tomar medidas concretas para asegurar la liberación del resto de los rehenes en cautiverio en Gaza. Por primera vez, los familiares de los prisioneros se unieron a los manifestantes, mostrando su cansancio ante la prolongada espera.
Con banderas de Israel en alto, un grupo de manifestantes se enfrentó a la policía que intentaba contener la protesta. Además, se reportó la participación de decenas de soldados en la reserva del Ejército en otras zonas, quienes exigieron el reclutamiento de los estudiantes de yeshivá (escuelas talmúdicas) como parte de sus demandas.
