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No era Lawfare

Durante años, casi desde el momento en que perdieron las elecciones de 2015 y se alejaron del poder, los kirchneristas hablaron de “lawfare”, una palabra elegante que se refiere más o menos a la venta de humo para sacar ventaja política o atacar al adversario.

Lawfare significa armar causas judiciales inventadas para dañar la imagen del rival, sin que importe si esas causas llegan a la justicia o no: el daño se hace en el camino, lo que pase después no importa.

La idea es que si se elige a cualquier persona y todo el tiempo se la denuncia por chorro, llega un momento en que todos creen que es chorro, que por algo lo denuncian.

De eso se quejó siempre el kirchnerismo, incluso cuando cayeron personajes como Amado Boudou o José López, al que encontraron y filmaron con los famosos bolsos llenos con millones de dólares.

Para ellos todo era lawfare, humo, circo. Y su caballito de batalla fue que no había pruebas, por ejemplo, contra Cristina.

Pero les salió mal. Así como alguna vez desafiaron “armen un partido y ganen las elecciones”, y lo armaron y les ganaron, ahora ya no pueden hablar de lawfare.

Porque eso no es circo mediático. Es un juicio, y un juicio con muchas pruebas.

Los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola terminaron sus alegatos en la causa Vialidad y pidieron 12 años de cárcel para la vicepresidenta Cristina Kirchner, el empresario Lázaro Báez y penas para otros 12 imputados.

A ver si queda claro: no la acusan porque no les gusta su peinado. La condenan con pruebas, justo lo que reclamaban los militantes. Entonces ahora hablan de proscripción, de persecución, etc.

 Luciani dijo que en la gestión K se vio “la mayor maniobra de corrupción que se haya conocido en el país” y acusó a la ex presidenta de actuar con “ánimo de lucro y codicia”. También la señaló como la presunta jefa de una asociación ilícita que buscó favorecer con el direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz a Báez y pidió la inhabilitación perpetua para ella y los otros ex funcionarios.

Mola, fiscal coadyuvante, detalló que el fraude fue de 5.321 millones de pesos, que equivalen a mil millones de dólares.

“A esta altura no es creíble que Cristina Kirchner no enterara de nada”, planteó el fiscal Mola, al mismo tiempo que se refirió a “maniobras defraudatorias en las que tomaron parte cada una de las personas” implicadas. Sobre el ex secretario de Obras Públicas, José López, mencionó que “debía velar por el uso recto del patrimonio de Estado” y subvirtió sus funciones para favorecer actos ilegales.

En tanto, volvió a sostener que Lázaro Báez representaba “los intereses de los ex presidentes” Néstor Kirchner y Cristina Kirchner. “Se violaron todas las normas jurídicas para que resultara adjudicatario de las obras”, añadió. Sobre el empresario, Luciani lo calificó como “el niño mimado de las altas autoridades”.

La abogada exitosa está en serios problemas, y ahora quieren que la gente salga a las calles a defenderla. ¿A defenderla de qué? ¿Del lawfare?

Es una vergüenza que intendentes y legisladores salgan a promover la violencia pidiendo que la gente salga a hacerse a apalear para salvar a una señora que tiene una fortuna inexplicable. Dejen que la Justicia actúe. Si la absuelven bienvenida, si la condenan que pague.

No mezclen la militancia y la Patria con el choreo. Algún día los corruptos tienen que responder. Ojalá pase en Catamarca también alguna vez.

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