Por lo bajo abundan los comentarios y reproches por la controvertida nominación del abogado Jorge Bracamonte, una decisión del gobernador Raúl Jalil que cayó como una patada al hígado dentro del propio gobierno y en muchos legisladores, pero que por obediencia debida todos se llaman a silencio.
El caso asomó desde el primer momento como un escándalo, a tal punto que llegó a medios nacionales como La Política Online, que cuestionó seriamente al letrado, a sus formas y acciones, y vinculó su ascenso al hecho de haber trabajado para el propio Jalil.
Consultado sobre este tema, Bracamonte eligió la salida de emergencia por el camino fácil y sólo respondió que “no leyó” la nota. No la leyó ni se enteró, ni sabía de que le hablaban. Curiosísimo que lo propongan para la Corte, la prensa lo cuestione y él ni se entere. No vio nada, nadie le comentó, no tiene idea.
El que sí tiene idea es el diputado nacional Francisco Monti, hasta el momento el único que no tuvo miedo y se les plantó a Jalil y a Bracamonte, y les cantó las cuarenta.
Monti utilizó las redes sociales para expresarse “acerca de la postulación del Dr Bracamonte a la Corte de Justicia de Catamarca”, y apuntó directo al gobierno de Raúl Jalil, al asegurar que “comete un grave atentado contra la sana administración de Justicia”. Chuyyyy y eso en el primer renglón del comunicado, como para empezar livianito.
Sin pelos en la lengua, el legislador nacional va más allá y denuncia que “la decisión de elevar el pliego de un abogado ligado a oscuras maniobras políticas / judiciales lesiona la independencia de poderes” porque “no se trata de impugnar la integración de la Corte con un penalista litigante, ni siquiera de que ejerza la defensa de narcos y delincuentes sino que hay presuntos hechos que salpican a la persona postulada que no han sido esclarecidos”.
Ahí vincula directamente al futuro cortesano con la causa de las coimas que hizo renunciar a Juan Pablo Morales y Raúl Da Prá, preguntándose “Qué estudio jurídico patrocinaba a este último imputado?” y quién pagaba la coima.
Y remata sin piedad: “Entiendo que todos estos hechos que son vox populi en Catamarca deberían mínimamente aclararse antes de prestar acuerdo en el Senado al Dr Bracamonte”.
Monti se animó a decir lo que muchos piensan y todos callan.
La designación de Bracamonte va viento en popa… pero, parece que algo huele mal.
El catucho