Japón ejecutó este martes a un hombre condenado por la muerte a puñaladas de siete personas en junio de 2008 en el distrito Akihabara de Tokio, la capital, según informó el ministerio de Justicia.
El sentenciado por el crimen, Tomohiro Kato, de 39 años, hizo una “preparación meticulosa” del ataque y mostró una “fuerte intención de matar”, según el ministro de Justicia, Yoshihisa Furukawa.
“La sentencia de muerte en este caso fue alcanzada mediante suficiente deliberación de la corte”, añadió el ministro a los periodistas. “Basado en este hecho, aprobé la ejecución después de un escrutinio extremadamente estricto”, agregó.
Kato llevó a cabo la matanza el 8 de junio de 2008 y dijo a la policía que había ido “a Akihabara para matar gente, no importaba a quien matara”. En tanto, tenía 25 años en el momento del ataque.
Fue detenido en el sitio poco después de los ataques, en los que embistió con un camión alquilado a una multitud, antes de bajar del vehículo y apuñalar gente al azar.
“Este es un caso muy doloroso que tuvo consecuencias gravísimas y conmocionó a la sociedad”, dijo Furukawa.
Hijo de un banquero, Kato, condenado a muerte en 2011, creció en la prefectura norteña de Aomori donde se graduó de un colegio de primer nivel. Falló en sus pruebas de ingreso a la universidad y posteriormente estudió mecánica automotriz.
Según los fiscales, su autoestima cayó después de que una mujer con la que chateaba en Internet dejó de enviarle correos electrónicos de forma abrupta cuando le envió una fotografía suya.
Su enojo contra el público general creció cuando sus comentarios en la web, incluyendo sus planes de realizar la matanza, no generaron reacción alguna, añadieron.
A la espera del juicio, Kato le escribió a un taxista de 56 años, herido en la matanza, para expresarle su arrepentimiento.
Las víctimas “estaban disfrutando sus vidas, tenían sueños, futuros prometedores, familias, amantes, amigos y colegas”, escribió Kato, según una copia publicada en el semanario Shukan Asahi.
También dijo que estaba arrepentido durante su audiencia en la Corte. “Permítanme aprovechar esta ocasión para pedir disculpas”, dijo.
A raíz de este crimen, ocurrido siete años después de la masacre cometida por un hombre armado con un cuchillo de carnicero en una escuela primaria de Osaka (oeste), las autoridades japonesas prohibieron la posesión de puñales de doble filo con hojas de más de 5,5 centímetros.
La ejecución de Kato es la primera aplicación de la pena capital en Japón desde diciembre pasado, cuando tres personas condenadas por asesinato fueron ejecutadas en la horca el mismo día.
El gobierno japonés cree que “no es apropiado” abolir la pena de muerte, teniendo en cuenta que “los crímenes atroces como los asesinatos en masa y los asesinatos durante los robos a mano armada siguen ocurriendo con frecuencia”, dijo el ministro de Justicia.