Arranca livianita esta semana, con anuncios de protestas y reclamos de casi todos los trabajadores, en medio de una crisis económica agobiante y un gobierno que mira la televisión para repetir lo que hacen en Buenos Aires.
Acá el panorama es bien complicadito: comienza la huelga de la Intersindical Docente, se agravan los reclamos de los trabajadores de Salud, protestan empleados de la Vivienda, se quejan los de Minería, hay reclamos en ámbitos judiciales, se gestan movilizaciones en la Administración Pública, hay protestas en las universidades.
Un verdadero caos mientras la cúpula del gobierno y los legisladores arman actos para saltar y cantar “si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar”. Parece una joda, pero es la triste realidad de Catamarca.
La plata no alcanza, la gente está endeudada, miles fueron estafados, los funcionarios y sus amigos se hacen ricos en tiempo record y la gente de a pie, sin camioneta ni chofer, la está pasando muy mal, pero los políticos viven en su mundo, creyendo que a alguien más que a ellos mismos le importa si va a haber PASO o no va a haber PASO, o si condenan o indultan a la jefa del Tirabolsos José López, mandamás de una gestión signada por la corrupción más grosera, pero parece que todo pasó mientras ella bordaba en la casa porque no sabe nada.
Todavía se hacen filmar cantando “qué quilombo se va a armar”… ni se enteraron de que el quilombo ya se armó, y no pasa por Buenos Aires sino por acá. Los regala índices no salen a la calle, no andan por los barrios ni los asentamientos. De verdad creen que la gente no duerme por las PASO.
Párrafo aparte para los sindicalistas, que se abrazan y besan con la patronal oficialista mientras a sus “representados” los comen los piojos, pero claro, ellos ven venir las elecciones y están a full chupando medias a ver si ligan un carguito o un privilegio.
Y el gobierno quejándose de la Corte de Justicia nacional y hablando del Partido Judicial, después de haber diseñado una Corte local que parece una unidad básica. No se dan cuenta del ridículo que hacen repitiendo como loros el libreto que les mandan.
Eso pasa porque viven en su mundo, con preocupaciones y ambiciones que nada tienen que ver con la realidad de los catamarqueños.
