En Alemania, el jueves por la noche, se disputó un partido de fútbol entre Ajax y Maccabi Tel Aviv que terminó en un episodio de violencia antisemita. Al concluir el encuentro, hinchas del equipo israelí fueron atacados, lo que resultó en cinco personas hospitalizadas y 62 detenidos.
El ministro de Justicia de los Países Bajos, Dick Schoof, decidió cancelar su asistencia a una cumbre de la ONU para centrarse en la investigación y envió un comunicado al parlamento donde informó que se están evaluando advertencias previas de Israel sobre posibles actos violentos, que podrían haber sido ignoradas.
La policía confirmó que antes del ataque ya se habían detectado deficiencias en el operativo de seguridad en el estadio, lo que contribuyó a la escalada de violencia. Con el avance de las investigaciones y el análisis de las cámaras de seguridad, se espera que se produzcan más arrestos además de los cuatro iniciales, aunque los fiscales aclararon que estos no están directamente vinculados con la violencia de esa noche.
Los primeros indicios sugieren que el ataque fue incitado a través de redes sociales, donde circulaban llamados a agredir a los israelíes a la salida del evento. Como medida de prevención, las autoridades locales prohibieron las manifestaciones durante el fin de semana en esta “zona de riesgo de seguridad”.