Paren las rotativas, la gloriosa Unión Cívica Radical vuelve recargada. El presidente de la UCR, Alejandro Páez, electo para el cargo por… bueno, no lo eligieron en realidad, sino que quedó ahí porque se iba a hacer una interna y al final nadie votó porque prefirieron dirimir supremacías con presentaciones judiciales y terminó “proclamado”… bah, no nos enredemos, digámosle presidente que queda lindo y ya está.
El presidente de la UCR anunció que la poderosa fuerza vuelve al ruedo con la mira puesta en vaya a saber qué, pero vuelve.
Hablan de renovación de autoridades, de una nueva Convención provincial, y otros pasos de esos que siempre prometen pero nunca logran dar, porque al final Oscar Castillo levanta el teléfono, acomoda la tropa, se asegura la banca nacional para él y por los siguientes años se despreocupa del ganado. La UCR se hunde cada elección un poquito más, pero como su dueño sigue firme, con buena dieta y fueros allá en la Capital Federal, lo demás no importa.
Mientras tanto en la Provincia, las peleas por el poder son entre el Peronismo A, el Peronismo B y el Peronismo C. Opositores de verdad no se ven ni preocupan a nadie… imagínense que la banca de la minoría en la última elección quedó para Manzi, que moviliza menos gente que el Topo. ¿De qué se puede preocupar el oficialismo? De sus internas, porque enfrente no hay nadie que amenace.
¿Qué pasará ahora con los radicales? ¿Habrá por fin algún sector que pegue el golpazo en la mesa y revuelva el avispero? ¿Volverán a imponerse otra vez los caprichos de los coroneles de la debacle y las derrotas? Se ve feo el panorama en la UCR…. Calculen que el sector “renovador” de los radicales es de Eduardo Brizuela del Moral… “renovador” y lleva medio siglo como funcionario. Si él encarna la renovación, ¡cómo serán los viejos!
El tema es que aunque todo el mundo hable del maldito coronavirus, los meses pasan y el año que viene hay elecciones. Y si no meten un golpe de timón de verdad, los radicales pueden esfumarse para siempre.
En 2011 cantaban victoria y decían “Hay Frente Cívico para 60 años más…”. Al ratito los bajaron de un hondazo.
En 2015 cantaron victoria y decían “Estamos en el umbral de la puerta de Casa de Gobierno”, pero los hicieron seguir de largo silbando bajito.
En 2019 cantaban victoria y decían “Se da vuelta, esto se da vuelta, sí se puede”, y otra vez a la cucha con la cola entre las piernas.
Para 2021, el margen de error es cero. La UCR tiene gente muy valiosa, gente joven con ideas, con ganas de hacer cosas. Pero “los de siempre” les pisan la cabeza y nunca los dejan surgir. Si ahora no reaccionan los de abajo, la despedida puede ser para siempre.