La revista Time y el Eurasia Group, la consultora de riesgo político fundada por Ian Bremmer en 1998, destacaron a 11 países de distintas regiones del planeta por su respuesta ante la pandemia del nuevo coronavirus. Argentina es el único representante latinoamericano entre los elegidos.
En un artículo publicado este viernes, Bremmer —que es también editor en la prestigiosa publicación estadounidense— explica que la selección de los casos testigo se basó en su capacidad para administrar con éxito tres frentes: la gestión sanitaria de la crisis, la conducción política y la respuesta económica. Para cada categoría, los investigadores del Eurasia Group confeccionaron una escala de eficacia basada en criterios cualitativos y cuantitativos.
Argentina
Es la única nación de América Latina que ingresó al selecto grupo y una de las dos de todo el continente americano. Con 27.373 casos confirmados, 772 muertos y 8.743 recuperados el 12 de junio, está entre los que tiene menor mortalidad por habitante en la región.
“La entrada más sorprendente de esta lista dado que el país ha desencadenado su noveno default financiero. Argentina registró su primera muerte por coronavirus el 7 de marzo; para cuando el gobierno impuso una cuarentena, el 20 de marzo, el mundo se había puesto al día con la amenaza de la crisis y Argentina introdujo estrictas medidas de distanciamiento social, y los ciudadanos las acataron. Como resultado, sus números se ven mucho mejor que los de la mayoría de sus vecinos. Con la cooperación bipartidista de los gobernadores y de las figuras del Congreso, la respuesta del flamante gobierno de Alberto Fernández a la gestión del coronavirus (que obtuvo la aprobación del 83% de los argentinos) ha dado lugar a un aumento de los índices de popularidad. Esa aprobación interna es fundamental, mientras se defiende de los inversores internacionales y atraviesa el noveno default del país”, sostiene Time.
“Los Fernández (junto con su vicepresidenta y ex presidenta Cristina Kirchner) son peronistas que suscriben políticas económicas de izquierda y, fieles a sus raíces ideológicas, ofrecieron a los trabajadores de bajos salarios una suma global de 10.000 pesos para ayudarlos a capear la crisis. Pero aunque se note su voluntad de gastar en estímulos internos, la realidad de las finanzas de su gobierno y los inminentes reembolsos de deuda a los acreedores extranjeros los limitan considerablemente (su paquete de estímulo asciende a solo el 4,9% del PIB), y su intento de imprimir más dinero puede empujarlos al infierno de la inflación. Mientras tanto, los nuevos casos en Buenos Aires están aumentando, y hay cada vez más críticas al estricto confinamiento (las restricciones se han suavizado en otros lugares). Sin embargo, su deseo de cuidar de su gente y la decisión de desviar recursos del pago de la deuda para hacerlo —aún a riesgo de un inminente colapso financiero— ha sido la mejor opción entre las malas alternativas”.