Los salarios de los trabajadores formales crecieron en términos reales en julio, mes previo a la devaluación de agosto y al consecuente salto de la inflación que, según anticipan consultoras privadas, rondará los dos dígitos. En ese contexto, analistas advierten que los ingresos acusarán el impacto en el futuro cercano, pese a que la reapertura de paritarias ayudará a mitigar la pérdida de poder adquisitivo en algunos gremios.
De acuerdo a los datos que releva el Ministerio de Trabajo a través del Ripte, la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que perciben los trabajadores que se encuentran bajo relación de dependencia y que han sido declarados en forma continua durante los últimos 13 meses, creció en julio 7,4%. Así, se ubicó por encima de la inflación del mismo mes, que fue de 6,3%.
Además, el indicador tuvo su primera variación interanual positiva desde junio 2022, al incrementarse 118,3% frente a una inflación de 113,4% para el mismo período.
En junio los salarios formales medidos en el Ripte también le habían ganado a la inflación, al incrementaron 8,1% (frente a un IPC del 6%). Algo que no sucedió en mayo, cuando creció 6,2% frente a una suba de precios minoristas de 7,8%.
Las reaperturas de paritarias, sumado al bono dispuesto por el Gobierno, puede ayudar a mitigar el impacto del salto de la inflación en los próximos meses. Aunque, coinciden los analistas, es difícil prever si efectivamente los salarios podrán empatarle -al menos- la carrera a los precios en lo que resta del año.
“Es difícil prever escenarios para los próximos meses. La primera cuota del bono va a impactar recién en septiembre, por lo que todo indica que en agosto el salario real va a caer. Sobre septiembre es mucho más difícil hacer una proyección: el bono algo va a impactar (pero no podría decir cuánto) y la inflación es toda una incógnita. Y octubre ya es el futuro lejano”, analizó a Ámbito Luis Campos, coordinador del Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma.
“Me parece que vamos a un escenario de paritarias más cortas, al menos en los próximos meses, a la espera de los cambios que puedan plantearse a nivel macroeconómico a partir de diciembre. Todo muy inestable y muy de corto plazo, un equilibrio extremadamente precario en una situación totalmente desequilibrada”, remarcó Campos.
Por su parte, Hernán Letcher, director del CEPA, señaló: “Me parece que por el bono, ya sea porque se paga o porque entra en la discusión paritaria, sumado a la dinámica paritaria que se venía observando, que en los meses siguientes a un salto inflacionario recuperaba el poder adquisitivo y se movía al nivel de la inflación, imagino que en agosto podrá suceder algo similar. Aquellos gremios que hayan negociado previamente, y la inflación sea más alta, terminarán en septiembre u octubre negociando valores compensatorios en sus paritarias respectivas”.
En este contexto, es de esperar que algunos gremios puedan “darle pelea” a la inflación, mientras que otros quedarán por detrás del nivel de la suba de precios.