Circularon esta semana como reguero de pólvora por los grupos de WhatsApp, una serie de audios del ex diputado provincial Gustavo Javier Noboriguchi, impactantes registros en los que se dirige personalmente a figuras como el Gobernador Raúl Jalil y la Presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Guerrero, y hace referencia a otras figuras políticas de la talla de Lucía Corpacci, Fernando Jalil, Silvana Ginocchio, entre otros.
Los términos en que “Baby” se dirige a las autoridades son directamente irreproducibles, y mezclan viejos rencores, despecho, amenazas, insultos de toda clase, advertencias y denuncias, con un tenor que al mismo tiempo causó mucha sorpresa y también preocupación en ámbitos oficiales.
Cuesta descifrar la naturaleza de los mensajes, pero parece ser que la motivación de los audios del legislador mandato cumplido es la posibilidad de que se reordene el Estado y se relocalice a empleados legislativos en otras áreas, propuesta de Jalil que se presentó informalmente a la consideración pública.
El mandatario hizo varias veces referencia a la necesidad de contar con más policías y personal de salud, y puso como ejemplo el sobredimensionamiento de la planta de empleados de la Legislatura, palabras que cayeron mal en ámbitos legislativos porque lo interpretaron como un desprecio.
Como sea, nadie lo tomó tan mal como Noboriguchi, quien aparentemente partiendo de ese proyecto a futuro, del que no se conocen detalles ni posibles instrumentaciones, desató su furia con ataques inéditos a Jalil, Corpacci, Guerrero y otros políticos, mezclando denuncias de supuestas irregularidades con cuestiones personales.
Noboriguchi amenaza varias veces con tomar represalias y dar a conocer supuestos manejos oscuros que dice conocer, y una y otra vez advierte que no lo “jodan”, que no lo provoquen porque puede tener consecuencias feas.
En estos amenazantes mensajes, con advertencias de estilo directamente mafioso, el ex diputado involucra episodios pasados y menciona alguna documentación que obraría en su poder, dando a entender que está dispuesto a darla a conocer para perjudicar a las autoridades.
Aunque algunos pusieron en duda las condiciones en que se encontraba Noboriguchi cuando grabó esos mensajes (se lo escucha muy alterado y violento, emocionalmente inestable), los audios fueron tema de conversación en ámbitos oficiales, donde se discute qué respuesta dar.
Hay quienes tienen la idea de no salir al cruce para no darle entidad al tema, pero con la repercusión que hoy alcanza todo con las redes sociales, otros piden que se avance judicialmente, sobre todo por las amenazas realizadas.
Noboriguchi se anticipa a esos pasos y asegura que no le importa si “lo meten preso” y da a entender que puede causar mucho daño.
Si este hecho se perderá como anécdota o tomará mayor gravedad, se verá en los próximos días. Hay preocupación y sorpresa, porque no se recuerdan antecedentes de una autoridad hablando en términos tan crudos contra los máximos representantes del poder en la provincia.