Rescatan al estadounidense que estuvo diez días varado a mil metros bajo tierra en una cueva de Turquía

El espeleólogo fue rescatado este martes tras estar varado durante más de una semana. En tanto, lo trasladaron a un hospital, donde “evoluciona bien”.

El estadounidense Mark Dickey fue rescatado este martes por la madrugada de una cueva donde pasó diez días a mil metros bajo tierra. El espeleólogo, de 40 años, fue trasladado a un hospital turco, donde “evoluciona bien” tras haber estaba atrapado.

Al salir de la cueva Morca en los montes Tauro del sur de Turquía, los rescatistas de Turquía recibieron con aplausos a Dickey. El hombre fue sujeto a una camilla, a las 00.37 del martes (hora local) y un helicóptero lo transportó a un hospital en la ciudad de Mersin.

Luego de ser rescatado, Mark Dickey sostuvo que durante diez días vivió una “loca, loca aventura”. Y agregó: “Es increíble estar otra vez en la superficie”. Asimismo, agradeció a las organizaciones internacionales de la especialidad, especialmente a los turcos y húngaros.

 

Cómo fue la experiencia de Mark Dickey

En cuanto a lo que experimentó durante los días días que estuvo varado a mil metros bajo tierra, expresó que “empezó a ser más difícil aferrarme a mi conciencia y llegué al punto en el que pensé: ‘No voy a vivir’”.

Mark Dickey, oriundo de Croton-on-Hudson, Nueva York, realizaba una expedición para levantar un plano de Morca, la tercera cueva más profunda de Turquía, cuando se descompensó. El hombre estaba demasiado débil para salir por sus propios medios, y equipos de rescate de toda Europa trabajaron en una operación para elevarlo a través de las secciones verticales y navegar el barro y el agua en temperaturas bajas en las secciones horizontales.

Carl Heitmeyer del Equipo de Respuesta Inicial de Nueva Jersey y amigo de Dickey al programa “Today” de NBC, señaló: “Fue genial verlo finalmente salir porque fue muy terrible en los primeros días de este rescate”. Al ser consultado acerca de si cree que Dickey volvería a la espeleología, Heitmeyer indicó: “Espero que su madre no esté mirando, pero apostaría a que sí”.

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