Pasa en Valle Viejo y en Recreo, donde cientos de familias están en vilo porque pierden su fuente laboral, y se convierten en trofeos de guerra de una clase política inepta, más ocupada en repartir culpas y excusas por la situación que en buscar una solución para los que no tienen trabajo.
Hablan de la falta de recursos, mientras designan enormes plantas de funcionarios que cobran injustificadas fortunas y en la mayoría de los casos no saben qué hacer ni están capacitados para ocupar los lugares que les dieron por amiguismo, acomodo o pago de favores de campaña.
¿Hubo nombramientos irresponsables aprovechando el fin de mandato y la campaña proselitista? Sí, los hubo. Pero tampoco se justifica ese teatro de rasgarse las vestiduras, porque lo mismo hacen todos, radicales y peronistas, cuando se están por ir y quieren conquistar algún voto con el último aliento de su mandato.
“No podemos hacer esas cosas”, dice Raúl Jalil con cara de circunstancia, ¿pero acaso no hizo lo mismo en la Municipalidad de la Capital? ¿No dejó toneladas de facturas para que las pague Dios? ¿No le dio de comer a Walter Arévalo hasta el último día? ¿No lo hicieron los corpacistas en Casa de Gobierno? ¿Cuántos nombramientos hubo en los ocho años de Corpacci?
Entonces que se asuma el problema con más seriedad, y no se hagan los horrorizados como si el Gallo Jalile fuera un extraterrestre. No lo vamos a defender por lo que hizo antes de irse, pero seamos claros: la única diferencia entre él y los demás intendentes es que le tocó perder la elección. Los ganadores o los que fueron sucedidos por amigotes del mismo partido hicieron los mismos despilfarros, nada más que se impuso después el compromiso de cerrar la boca al que llegaba.
Y basta de Susana Zenteno diciendo que está triste y vendiendo su imagen de pobre sentimental afligida. Para empezar hay que decirle que contenga a sus funcionarios que están cada vez más hartos, y se preguntan si la intendenta es ella o Fernando Ravetti, porque no se sabe quién manda.
Y después, que no se prometan barbaridades como que van a dar soluciones con cooperativas en Catamarca, donde todavía no se logra dar trabajo a los despedidos de Alpargatas cuando pasaron casi dos años del cierre de la fábrica. ¿Cómo van a contener a los que quedaron colgados con el cambio de mando? Hasta se largan versiones de que les van a mantener la obra social… ¿cómo? ¿Si OSEP y sus números hacen agua por los cuatro costados?
A ver si respetan a la gente, a ver si se enteran de que la campaña terminó y hay que gobernar. No jueguen con los que no tienen trabajo como lo están haciendo.