La industria de la indumentaria atraviesa una de sus peores crisis: caída de ventas, avalancha de productos importados y miles de puestos de trabajo perdidos. Frente a este escenario, las marcas nacionales comenzaron a aplicar rebajas agresivas, adelantar promociones y ajustar su estrategia comercial para intentar resistir.
Según datos de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), entre enero y abril de 2025 las importaciones de ropa aumentaron un 121% en volumen. Además, ingresan con un precio promedio 17% más bajo que el de las prendas nacionales, lo que genera una fuerte presión sobre las empresas locales.
La Fundación ProTejer advirtió que los productos importados ya representan el 67% del mercado textil argentino, lo que obligó a marcas como Etiqueta Negra, Gola y Equus a reducir entre un 10% y un 40% sus precios de lista. “Adaptamos nuestros valores a la nueva realidad arancelaria”, explicó Federico Álvarez Castillo, fundador del Grupo Gola, en referencia al Decreto 236/2025, que bajó los aranceles a la importación del 35% al 20%.
Desde Equus, los hermanos Wolfsohn señalaron que seguirán apostando a “precios accesibles”, incluso con materiales de alta calidad. Sin embargo, el panorama es incierto: el Hot Sale 2025 registró una caída del 30% en las ventas respecto al año anterior, y el 60% de las máquinas textiles están paralizadas, según ProTejer.
“Estamos frente a una competencia absolutamente desleal: los precios de afuera ni siquiera cubren nuestros costos de producción”, denunció Luciano Galfione, presidente de ProTejer. Mientras el Gobierno destaca el beneficio que implica para los consumidores el ingreso de productos más baratos, las fábricas locales enfrentan un escenario crítico: 10.000 empleos ya se perdieron en lo que va del año y las importaciones de textiles para el hogar crecieron un 109% interanual.