Hablemos sin saber

Raúl Jalil armó su gabinete para el segundo mandato, y todo indica que los ministerios se resolvieron por sorteo con la matutina, porque le salió una ensalada rusa donde aparece un piloto de avión vendiendo praliné, un karateca escribiendo poesía griega y un filósofo de plomero. Es cualquier cosa.

La necesidad de acomodar y reacomodar a los de siempre, mechando alguno que otro nuevo, haciendo y deshaciendo áreas, terminó en un organigrama garabateado por un nene de jardín, sin patas ni cabeza.
Claro, los amigos lo venden como que es un ejemplo de austeridad, como si para ser austero la clave fuera no tener ni la menor idea del área que se le asigna a cada uno.

Así, por ejemplo, el otrora rebelde Dalmacio Mera, que es como un Highlander sin votos pero con un poder oculto que sobrevive a todos los cambios de gobierno, fue a parar como ¡Ministro de Educación! ¡Educación! La experiencia de Mera como docente de aula es la misma que tiene como jugador de béisbol. No sabe de pedagogía, no sabe de currículas, no sabe de educación especial, no sabe de escuelas rurales, no sabe de supervisión escolar. No sabe nada, pero allí estará, dirigiendo la educación provincial. Total, el que sabe sabe y el que no sabe es jefe.

Juan Cruz Miranda va a Producción. Tremendo ganadero, si habrá arado campos. Reconoce semillas al tacto, con los ojos cerrados. Industrial de pura cepa, maneja los secretos de textiles, metalúrgicos, plásticos. No, ni idea, está más desorientado que Mera el Día del Maestro.

Pero eso no es nada… ¡Lucas Zampieri va a Salud! Eso ya parece una joda. Zampieri, un contador, es el que va a definir la línea sanitaria de Catamarca. Por Dios que no venga otra pandemia porque tenemos un contador público al frente de la administración de vacunas. ¿Él va a organizar el hospital de niños? ¿Va a elegir equipamiento para los quirófanos? ¿Va a negociar con laboratorios? ¿Sabe leer una receta?
Qué sentirá la gente que estudió y se preparó toda una vida para especializarse. En educación, en salud, en producción. Una burla.

Están llenando casilleros del Ejecutivo como llenaron los de la Justicia. Así estamos…

El Catucho. 

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