Gobierno, interrumpiendo el diálogo mientras aumenta la conflictividad en las calles. En este contexto, la central sindical no solo convocó a un nuevo paro general, sino que también se sumará a diversas manifestaciones, como la marcha de este lunes en conmemoración del último golpe militar.
Durante el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, la CGT se movilizará junto a otros gremios, movimientos sociales, partidos de izquierda y agrupaciones estudiantiles. Esta medida ocurre pocos días después de la protesta en favor de los jubilados, la cual contó con respaldo sindical y podría repetirse en las próximas semanas.
Para el 9 de abril, la CGT y la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) organizan una movilización masiva en reclamo de mejoras para los jubilados. En este contexto, la dirigencia cegetista ha reforzado su vínculo con la UTEP, planificando medidas de presión contra la gestión libertaria.
Además, el 10 de abril la CGT realizará su tercer paro general contra el Gobierno. La medida afectará diversos sectores comerciales y servicios esenciales como trenes, subtes y colectivos, complicando el transporte en todo el país. Asimismo, organizaciones como el Movimiento Evita, MTE, CCC y Barrios de Pie ya confirmaron su adhesión.
Desde la Casa Rosada se interpreta este endurecimiento sindical como una respuesta a la presión de sectores internos tras las recientes protestas por los jubilados. “Distintos grupos los empujaron a tomar decisiones más drásticas”, señaló un funcionario del Ejecutivo.
En los próximos días, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentará reactivar la comunicación con dirigentes gremiales afines, aunque sin grandes expectativas de modificar el panorama. “El paro ya está decidido y revertirlo sería complejo”, indicó una fuente cercana al ministro.
Uno de los pocos sindicalistas que mantiene diálogo con el Gobierno es Gerardo Martínez, de la UOCRA. Sin embargo, su rechazo al plan de lucha de la CGT no ha encontrado eco en otros sectores gremiales.
En la reunión donde se definió el paro del 10 de abril, los dirigentes sindicales enfatizaron la necesidad de abordar temas como las asignaciones familiares y la crisis productiva e industrial. “Exigimos paritarias libres, aumentos para jubilados y repudiamos la represión policial de la última semana”, declaró Héctor Daer.
Por su parte, la UTEP, liderada por Alejandro Gramajo, celebró la decisión de la CGT tras un extenso debate en la sede de Azopardo 802, consolidando así un frente de protesta cada vez más amplio contra la administración de Javier Milei.