Este viernes, el Vaticano selló el ataúd del Papa Francisco en una ceremonia privada tras tres días de despedida pública, en los que más de 250.000 personas se acercaron a la basílica de San Pedro para rendir homenaje al pontífice argentino fallecido el 21 de abril a los 88 años.
La ceremonia final estuvo presidida por el camarlengo Kevin Joseph Farrell. El féretro fue cerrado con el tradicional rogito, un documento que resume su vida y legado, destacando su lucha contra los abusos, su sencillez, y su compromiso con los más vulnerables.
Jorge Bergoglio será sepultado mañana en la Basílica de Santa María la Mayor, tal como fue su deseo, bajo una lápida sencilla con su nombre: Franciscus.
Durante la despedida, se congregaron peregrinos, fieles y líderes de todo el mundo, incluidos los reyes de España, Emmanuel Macron y Lula da Silva. El funeral se celebrará en la Plaza de San Pedro.