Empresarios de la construcción y desarrollo inmobiliario se unieron para elaborar estos consultorios de guardia de 90 metros cuadrados que se instalarán en las puertas de los centros médicos.
Una de las preocupaciones que surgieron ante la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus es la capacidad de contención y espacio en los hospitales. Atendiendo esta cuestión, un grupo de empresarios dedicados a la construcción y el desarrollo inmobiliario se unió para contribuir aportando su capacidad para elaborar consultorios de guardias móviles que serán donados a centros médicos.
“Hace unos diez días con unos colegas amigos decidimos que teníamos que dar una mano. Lo que sabemos hacer es construir, logística. Entonces hablamos con amigos médicos y con hospitales para ver cómo podíamos ayudar desde el punto de vista de la infraestructura. Por lo que nos fueron pidiendo e informando, llegamos a la conclusión de que lo que había que hacer era algún tipo de elemento, nosotros lo llamamos módulo,para poder hacer triage, que es interceptar al paciente antes que entre al hospital para que sea derivado al hospital o la casa”, contó a Alejandro Furst, presidente de Miyagi SA y uno de los impulsores de la iniciativa.
Cada módulo de emergencia tiene 12 metros de largo por 7 de ancho. Se construyen al costo en una planta industrial ubicada en Moreno. Son adosables y transportables, y cumplen con todos los estándares de calidad requeridos. Están diseñados para operar con consumos de energía mínimos y para ofrecer asistencia de diversa complejidad. Además, cuentan con dos equipos de aire acondicionado y una panelería de alta prestación para controlar la temperatura interna.
La construcción de estos pabellones deanda su tiempo: “Se pueden hacer uno o dos por día, depende de los turnos que se trabajen. Lo que más demora es el montaje: con un equipo razonable de gente trabajando en tres turnos las 24 horas se puede montar en dos días y medio”, precisó Furst.
Una vez listos, los módulos serán trasladados y ubicados en la puerta de hospitales y centros sanitarios. Esto permite que “la gente no entre al hospital, donde puede llegar a infectarse, y es una manera también para que los médicos tengan un lugar más cómodo y adecuado para trabajar y que no estén hacinados en las guardias”, explicó el empresario.
El presupuesto disponible por el momento permite elaborar diez módulos. “Hicimos una selección de hospitales. Priorizamos aquellos que iban a usar la insfraestructura para combatir la pandemia pero que después le iban a dar a los módulos algún destino. Para nosotros es importante que todo nuestro esfuerzo no sea solo para consumir sino una inversión”, indicó Furst.
El primer módulo se instalará el próximo miércoles en el Hospital Central de San Isidro. Después harán lo propio con hospitales de Vicente López, Moreno, Pinamar. También en un centro sanitario que un párroco armó en Puerta Hierro, La Matanza, y que es atendido por médicos del Ejército.
El proyecto solidario cuenta con la colaboración de Cooperadora de Acción Social (COAS) actuando como ente recaudador. “Ellos nos pusieron la plataforma de recaudación a disposición y nos están ayudando con la campaña. También nos pusieron un vehículo para recibir donaciones. Además, COAS nos audita”, dijo el empresario. Y agregó: “Algunos proveedores nos están donando materiales, algunos están yendo al costo. Estamos tratando de ahorrar en lo que se pueda. Cada módulo cuesta aproximadamente unos 4 millones de pesos”.
Luego de la emergencia, los módulos quedarán a disposición de los hospitales. La donación es con cargo: “Tenemos un documento en el que le exigimos al hospital que el módulo se incorpore a su patrimonio, o en su defecto se done a una escuela”, finalizó Furst.